Al genocidio y el terror que el Estado Islámico está esparciendo por Irak, no se le está dando la cobertura informativa que se merece, parece como si fuera una cuestión menor, eclipsada por Gaza o la casi paranoia del Ebola. Entiendo que estamos en agosto, que hay pocas noticias, pero los hechos de Irak son de una enorme gravedad y se producen con total impunidad. 
Pese alguna reacción de los EEUU, parece que los países occidentales tienen pánico a volver a enviar tropas a Irak, escarmentados por su última y desafortunada acción. 

Los kurdos califican de "genocidio" la manera en la que el Estado Islámico está asesinando a los hombres que no quieren cambiar de religión y los secuestros que comenten contra las mujeres y niños de esta etnia. En un capítulo más de la trágica situación por la que atraviesan los kurdos yazidí de Irak, testigos presenciales describen como las niñas violadas por los 'combatientes "del Estado Islámico se suicidan en masa cuando son devueltas a sus familias, informa el portal de noticias israelí Arutz Sheva. 

Algunos supervivientes, de los miles de desplazados yazidí que han optado por refugiarse en las montañas de la región de Shingal debido al mortal avance de Estado Islámico en Irak, explicaron a la cadena de televisión kurda Rudaw TV como un grupo de tres chicas devueltas a sus familias, después de ser secuestradas y violadas, se lanzaron desde un acantilado ya que estaban traumatizadas por la terrible experiencia. 

Un periodista kurdo también informó que la madre de una de las chicas explicó que ellas, en su desesperación, rogaban a otros refugiados que las mataran, pero cuando nadie lo hizo optaron por lanzarse al precipicio. A medida que el Estado Islámico se desplaza violentamente por el norte de Irak, los testigos dicen que la milicia terrorista ha planteado matar cualquier hombre que se niegue a abrazar el islam, además de capturar mujeres y niñas para convertirse en sus esclavas. En un incidente ocurrido el pasado viernes, 80 hombres yazidíes fueron ejecutados y cerca de 100 mujeres y niñas secuestradas en el pequeño pueblo yazidí de Kojo, en el norte de Irak. 300 hombres también fueron ejecutados en la localidad de Kichi. 

Ayer se veían en televisión imágenes de un campo de refugiados con las tiendas de campaña blancas perfectamente alineadas a la espera de recibir la ayuda humanitaria que les tenían que enviar, y se veía a un niño jugando con una escopeta de madera, haciendo ver que disparaba. Pasa en África, en pleno siglo XXI, donde el Islam más que un problema empieza a ser un pesadilla.