Del cinema al Estado totalitario, hay toda una gama de instituciones que procuran el silencio. Y a su margen, las gentes hablan - lo que hacía Babbit(*) -, se confiesan, cuentan, gritan: pero no dialogan. Y es que viven partidos en dos ámbitos extraños al del diálogo: la celda individual, el cercado subjetivo, y la riada masiva, la concentración multitudinaria. JOAN FUSTER.



(*) deduzco que Fuster se refería a Babbitt de Sinclair Lewis.