No se por qué le dicen Sanidad, si no sana. En el ámbito médico hay dos facciones, los dispensadores indiscriminados de droga legal a granel (médicos del seguro) y los de remiendos que son los de urgencias. Así se llega a alargar mucho la esperanza de vida de la gente, según las estadísticas, pero no se explica en qué condiciones viven todos estos mayores. 
Urgencias del Taulí, está más que saturada con camillas por los pasillos y ambulancieros egarenses esperando más de una hora que les saquen la abuela de la camilla donde la han llevado para poder irse a recoger a uno u otra; parece la retaguardia de un campo de batalla. Unas urgencias por cierto donde no hay que tirar de ninguna estadística para aseverar que el 90% de los ingresados ​​y dejados allí de la mano de dios horas y horas, son mayores de 65 años. 
Entiendo que en parte esta saturación se debe en primer lugar a que se está alargando la vida de los de antes de la guerra, sin ninguna calidad ciertamente, pero también es cierto que de seis millones hemos pasado a siete y mucho en pocos años, y este aluvión de inmigración sobre todo sudamericano y subsahariano ha descubierta una sanidad universal gratuita de la que se ha aprovechado y abusado, aparte de los gitanos, los grandes usuarios de esta sanidad, y como tras cada ingresado van 300 familiares a verle aún se complica más el asunto. 
En el mundo feliz de Huxley, al llegar a determinada edad, la gente en perfectas condiciones físicas eran enviados a unos balnearios donde iban desapareciendo, y aunque en cierta medida la Sanidad pública ya cumple parte de esta función, no se aplica suficientemente y se le acumula el trabajo, un mal y inútil trabajo. Se le decía la abuela de la camilla que esperaban los ambulancieros egarenses para llevársela, a su hijo: No se por qué met traen aquí, sólo harán que pierda el tiempo y alargar mi agonía. 
De hecho, pienso que a punto de cumplir 70 años y estar - de momento - en perfectas condiciones físicas y mentales, es porque he bebido y he comido lo que he querido, he jodido lo que he podido, y sobre todo no he hecho nunca deporte ni he ido al médico, y que dure, pues cuando llegue la decrepitud, hay mil y una maneras de apartarse del paisaje, discretamente, sin alborotos innecesarios. 

Ah! me voy a lo que era la Alianza, donde me han trasladado al padre, de hecho no era necesario, le podían haber dado perfectamente la alta, pues ya esta bien de 'lo suyo', pero para tomar esta decisión era necesario un médico. Seguramente le darán el alta hoy antes de comer, rozando la hora de la comida, porqué así aunque no se la den la podrán facturar a la Seguridad Social, que así funciona la cosa.