El problema de la aviación es que durante cincuenta años ha estado poblada de personas que pensaban que era una maravillosa experiencia sexual cuando en realidad solo es un autobús con alas”, cuenta, con su conocido tono provocador, Michael O'Leary, consejero delegado de Ryanair. Detrás de la boutade hay dos certezas. En la clase turista, el ancho de los asientos de los aviones está encogiendo, y el síndrome de la lata de sardinas se extiende más allá de las compañías de bajo coste. Es el peaje a pagar por viajar rápido y barato a cualquier parte del mundo.