Los cerca de ocho millones de personas que votaron a favor del PP certificaron en las urnas la rendición de gran parte de la ciudadanía ante el poder de un partido corrupto, gracias a su voto, la corrupción y la conspiración de Estado, en vez de ser castigada, hoy resulta aclamada, premiada y legitimada. Porque si eximes de penitencia el responsable último, esto es que el primer responsable eres tú, y estos ocho millones de votantes son por lo tanto responsables.
Resulta deprimente, tal como ha dicho el ex magistrado del Tribunal Supremo José Antonio Martín Pallín, la baja calidad de la democracia en España. Fueron muchísimas las personas que votaron obscenamente a favor de la estabilidad, aunque sea corrupta. La política es así, dan a entender gentes acostumbradas a que el miedo se imponga sobre la razón. Unos celebran los peores resultados de su historia y se sienten aliviados porque el decrépito bipartidismo se resiste a morir. Otros se empeñan en hacernos creer que los electores los absolvieron de todos sus excesos, de su enriquecimiento ilícito, de haber condenado a la pobreza a millones de personas, de su crueldad ante los perdedores de siempre, de sus atentados contra las libertades, de vergonzosas difamaciones como la del excalde Trias. Curiosamente donde ha habido los últimos escándalos de corrupción del Pp, han aumentado en el número de votos, como Cataluña, Murcia o Valencia, o sea que estos ocho millones de votos, no son los votos del miedo, son los votos de la connivencia con los corruptos y por lo tanto son votos corruptos. Legítimos, pero conniventes con los corruptos y conspiradores de opereta ..., bufa.
Amén!
sunt res non verba
un abrazo