El problema no es la estatua decapitada del dictador, ni dónde está exhibiendo, ni el motivo que la ha llevado hasta allí, el problema es el mismo que cuando se dice que la ciudad está sucia, no es culpa del ayuntamiento, sino de los incívicos que la ensucian, y en el caso de la estatua, más de lo mismo, el problema es la gamberrada de tirar huevos, caquis, pintura o poner una muñeca hinchable frente al decapitado, y además el saco de los gemidos o el asno de los golpes, no es la efigie decapitada, sino el caballo, y tiene su lógica, los que cometen este tipo de gamberradas suelen estar más cerca del nivel mental del caballo o de los burros (pido perdón a caballos y burros), que de las personas, suelen ser de encefalograma plano e inteligencia justita, que igual hacen eso con esta estatua como lo pueden hacer con la de Colón o cualquier otro, les da igual, es la protesta burda por la protesta, la protesta de los necios, que no lleva a ninguna parte ni aporta nada. También para protestar, para manifestar el desacuerdo hace falta inteligencia y sobre todo imaginación.
El Ayuntamiento de Barcelona se podía haber ahorrado esta exposición y veremos si la aguantará hasta el 6 de enero como está previsto, pero algo debería hacer o alguien acabará teniendo un accidente, y todo por una nadería populista muy en la línea de postureo del actual Consistorio municipal, que con esta innecesaria exposición ha mezclado churras con merinas, y eso no suele dar buen resultado.