De la misma manera que la decisión del Parlamento de Catalunya seis años atrás de prohibir las corridas de toros fue política, la del Tribunal Constitucional de ayer de anular esta decisión también lo es. Y no se puede defender a la Generalitat precisamente por la factura de esta decisión que fue la mochila de no prohibir los correbous, aquí están en falso y ésta no decisión es la prueba de que la otra decisión fue puramente polìtica.
Le pueden dar las vueltas y explicaciones que quieran pero lamentablemente es asi, en este tipo de decisiones o se llega hasta el fondo o luego pasa lo que pasa, las medias tintas siempre suelen acabar mal....., para unos y para otros.