Los atentados suicidas perfectamente organizados en Bombay en diciembre de 2008, así como los del metro de Londres, el 11-M en Madrid o el 11-S en Nueva York, Bali y otros menores que se han producido en los últimos años en Niza, Berlín o ayer en la City en Londres, nos muestran con toda su crudeza esta no guerra del Siglo XXI, la no guerra que padecemos de un enemigo invisible, que no sabemos cuando nos atacará. Un enemigo dispuesto a morir matando haciendo el máximo daño posible donde más daño hace, la población civil, los magnicidios han pasado ya a la historia, ahora nos atacan en el peor escenario, la ciudad.
Estos soldados invisibles en muchos de los casos como el de ayer, los tienen dentro de casa, los han educado ellos dentro de su sistema, y ​​no hay nada que hacer, pueden atentar siempre que quieran y, si unos fallan tras ellos vendrán otros, y otros y otros. Cuando tu enemigo es un suicida no hay nada que hacer.
De nada sirven los ejércitos convencionales ni llenar las ciudades de soldados que lo único que hacen es molestar a los ciudadanos y de ninguna ayuda son, como se ha hecho patente una y otra vez, ni el contra-espionaje, servicios secretos, policía y otros sistemas de prevención convencionales. Es pretender dar una imagen de seguridad a los ciudadanos, pero es en el fondo la imagen de su fracaso ante la indefensión de estos.
No hace falta tampoco ninguna gran infraestructura para cometer un atentado como el de ayer en Londres, (un coche de alquiler y dos cuchillos), con un solo iluminado que pueda fabricar tres uno cuatro bombas caseras y ponerlas en una mochila siguiendo las instrucciones en internet basta, o ni eso como en el caso de ayer.

Y esta sociedad adocenada que reclama seguridad al cien por cien para todo, que lo quisiera tener todo controlado, debe empezar a entender que la seguridad al cien por cien no existe, pero así como hasta ahora, nos habíamos acercado en varios aspectos, ahora se ha truncado por mucho tiempo. El terrorismo global es una amenaza real, diaria, que puede estallar en cualquier momento en cualquier lugar del planeta, allí donde menos se espere. Puede ser en un avión, en un tren, un autobús, una terminal, un Centro Comercial, una Fiesta mayor, un Hotel o en mitad de una calle, una plaza o en un maratón como el de Boston. Y contra estos ataques no hay nada que hacer, sólo esperar que toque en otro lugar que no sea en tu ciudad; es una no guerra perdida de antemano, y tenemos que aprender a convivir con el miedo que nos provoca, que es lo que pretenden los terroristas de Estado Islámico, que no hay que olvidar surgió al calor de la ocupación y la fragmentación de Irak, y el desmantelamiento de las fuerzas armadas iraquíes por parte de EEUU contribuyó a su fortalecimiento, y la guerra en Siria fue clave para su crecimiento, que a EEUU ya le convenia en ese momento.