Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo”. Con esta celebérrima frase iniciaron, en 1848, Karl Marx y Friedrich Engels el Manifiesto comunista. Pero, ¿y hoy?, “¿qué fantasma recorre hoy Europa?”, Afirma Lidia Falcón que el fantasma que recorre Europa sigue siendo el comunismo. A pesar de haber sido derrotado en la larguísima guerra que el Capital libró contra la Unión Soviética y sus aliados; a pesar del derribo del muro de Berlín; a pesar de la debilidad de los países socialistas que intentan esforzadamente mantener un reparto más justo de la riqueza en sus poblaciones, sosteniendo heroicamente las guerras que los gobiernos capitalistas libran contra ellos; a pesar de que, en concreto en Europa, los partidos comunistas están o desaparecidos o visiblemente debilitados. A pesar de las victorias tan sangrientamente obtenidas por los gobiernos “democráticos” al servicio de las corporaciones multinacionales, las amenazas, las calumnias, las campañas anticomunistas, activadas por el miedo que atenaza a esos políticos, se suceden en todos los medios de comunicación de nuestro país.

Hoy también el fantasma que aterra a los esbirros del capital se llama “populismo”, sin que los propagandistas del miedo al Apocalipsis que nos acarreará la victoria de ese movimiento, hayan podido explicar qué sea ni que peligros concretos entraña, con el pánico de que se instale en nuestro continente el chavismo o el régimen bolivariano. Como antes la amenaza de caer en las garras bolcheviques hoy la situación de Venezuela sirve a los defensores del neoliberalismo para defender el mantenimiento del sistema que nos esquilma, e infundir un poderoso miedo en las almas sencillas de los pueblos incautos.

En los debates suscitados a raíz de las elecciones francesas, periodistas y políticos españoles han mostrado sus más ridículas hipocresías. Desde asegurar que Melenchon es comunista, como afirmaba rotundamente, y espantado, el inaguantable Graciano Palomo, cuando debería, y debe, saber que ese dirigente es un disidente del Partido Socialista Francés y que su movimiento, que no partido, En Marche, consta de diversos partidos y tendencias de la izquierda, hasta compararlo repetidamente con el Frente National, para poder así calificarlo de fascista. Mientras, Putin i Trumo se friegan las manos, el rebaño de corderos europeo se autodestruye sólo sin darse cuenta de ello. 

Mientras, en la nación más antigua del mundo mundial, tanto unos como otros, deberían poner sus barbas en remojo ante los indicios de que sus votantes están tomando caminos semejantes a los de los votantes franceses. Los esfuerzos de los políticos socialistas, como Antonio Hernando y Soraya Rodríguez, y populares como Pablo Casado y Javier Maroto, por establecer identidades entre Podemos e Izquierda Unida con el populismo, sinónimo del Frente Nacional francés, resultan patéticas y les darán poco resultado.

Mientras tanto, los procesos de corrupción llevan a la cárcel y a la dimisión a varios de los más conspicuos dirigentes del Partido Popular, y la batalla entre susanistas, sanchistas y lopecistas, va a dejar en ruinas al otrora poderoso PSOE. 

En frase feliz de un representante de Podemos, son la orquesta del Titanic que no paró de tocar mientras se hundía el transatlántico.