Tenemos una Unión Europea irresponsable que no asume las consecuencias de sus actos. En este sentido, me remito al informe publicado este mes de julio por el Centre Delàs d’Estudis per la Pau que, bajo el título 'Armas Europeas que Alimentan Conflictos. Conflictos de los que Huyen los Refugiados', demuestra la participación activa y constante de los estados miembros de la UE en las guerras de las que huyen estas personas que no queremos dejar entrar en nuestros países.
En África, el gran continente olvidado, hay países que deberían ser un modelo para nosotros en lo que se refiere a la solidaridad con los que buscan refugio. Es el caso de Uganda, un país que mantiene fresca la memoria y que sabe lo que es tener que huir de una guerra y pedir asilo a un país vecino, y que abrió sus fronteras. Acoge a más de 800.000 personas que huyen de la guerra y del hambre en Sudán del Sur y tiene el campo de refugiados más grande del mundo, Bidi Bidi, donde viven alrededor de 300.000 personas. Lo de siempre y como siempre: Europa la desmemoriada, la insensible y prepotente, la irresponsable.

Y cínica, porque mientras la Comisión Europea propone elaborar un código de conducta para las oenegés que rescatan vidas en el Mediterráneo central, no activa ninguna operación de rescate. Las únicas operaciones en marcha financiadas por la UE en la zona, la 'Tritón' y la 'Sophia', tienen como objetivo la vigilancia de fronteras y la lucha contra el tráfico de personas, pero no son operaciones de salvamento. Y eso, a pesar de que en lo que llevamos de año ya han muerto ahogadas más de 2.200 personas solo en el Mediterráneo central.

Sí, es cínico acusar a las oenegés de connivencia con los traficantes pidiéndoles informes sobre cómo se financian, aun sabiendo que en Libia -país sumido en el caos a raíz de la guerra de 2011 en la que, por cierto, participaron activamente la OTAN y otros países de la UE- los derechos humanos han desaparecido del mapa. En Libia existen auténticos mercados de esclavos, como ha denunciado la Organización Mundial de las Migraciones (IOM por sus siglas en inglés) y corroboran testimonios recogidos por diversos periodistas en el terreno. Pero la Comisión aún habla de fortalecer la cooperación con Libia, es decir, de pagar más dinero a este país sin Gobierno donde las milicias campan a sus anchas torturando, violando y asesinando sistemáticamente.

SOMOS UN PROBLEMA

En realidad, lo que garantiza la presencia de las oenegés en el Mediterráneo es que se salvan vidas, es decir, se limita el número de desaparecidos y muertos por ahogamiento. ¿Por qué entonces somos un problema para la UE?
Según declaraciones oficiales, este código de conducta será un gran éxito porque servirá para “organizar el caos de las oenegés que ayudan a salvar vidas”. Pero si nadie tiene encomendada la misión de salvamento en el Mediterráneo central ¿a quién se supone que ayudamos? En realidad, y en líneas generales, este código es la formalización de lo que ya ocurre mediante la acción coordinada de todas las oenegés y de la Guardia Costera Italiana. Les aseguro que en la zona de rescate a pocas millas de las costas libias, las oenegés trabajamos de forma organizada, respetando el derecho del mar y los convenios internacionales en estrecha colaboración con la Guardia Costera italiana, proporcionándoles la información requerida y siguiendo las órdenes operativas recibidas para cada rescate. Desde el año pasado, las oenegés hemos estandarizando nuestros procedimientos operativos y nos hemos convertido en un pilar fundamental de la Guardia Costera. De manera que el único caos en la zona es el de Libia, con quien la UE parece entenderse.

Este código de conducta es un gran engaño, una farsa, propaganda política y campaña electoral para ganarse el favor de un público indeciso en esta confusión de acusaciones no probadas. Se mofan de la opinión pública con todos estos mensajes tendenciosos e instrumentados que únicamente tienen como fin ocultar sus propias deficiencias, la falta permanente de visión o la carencia de un proyecto a medio plazo. Y de paso, favorecen el fanatismo y el extremismo. ¿Saben que desde este mes de julio un barco operado por una organización fascista patrulla la zona para boicotear los rescates que las oenegés llevamos a cabo en el mar?

La vida humana tiene prioridad sobre todas las cosas y requiere de una acción inmediata, por eso estamos aquí, en medio del mar. Nuestro código es simple: no dejar a nadie a la deriva. Lo seguiremos haciendo con nuestra determinación y desobedeciendo si es necesario.

La insensible Europa de siempre