DEL CATALÁN CABREADO AL CATALÁN INDIGNADO

Parlamento de Catalunya

El término del catalán cabreado (català emprenyat) lo acuñó el periodista Enric Juliana hace siete u ocho años, y el del indignado es relativamente nuevo a raíz de la publicación del libro 'indignos' de Stephane Hessel.
Hace un par de años escribí el comentario que viene a continuación. En él criticaba (yo el primero) la no reacción de la sociedad civil ante la que estaba cayendo. Y bien, dos años más tarde ha habido una reacción de parte de esta sociedad, los indignados. Reacción dispersa, descoordinada y que está acabando por diversas causas, pocas de ellas las aducidas por los políticos y bastantes opinadores políticos. Acostumbrados a la escala vertical de poder, no se entiende la asamblearia, ni acaba de funcionar entre los indignados. La dispersión del movimiento es patente, y de ella se están aprovechando políticos y otros para menospreciar la misma y demonizarla. Los lamentables hechos del 15-J en el parc de la Ciutadella de Barcelona, han acabado de rematar la credibilidad del movimiento. Hechos que les han ido de perlas a los políticos para desprestigiarlo, con una análisis simplista e interesada muy en la línea de actuación de los políticos, sin querer ir más allá de esta miope visión y no entrar en el fondo y forma de las reivindicaciones de los indignados no violentos que son la mayoría, y los que ni quieren ni saben escuchar, quizá porque la protesta les ha dejado descolocados.
No es esta la reacción que reclamaba hace dos años, esa, la definitiva todavía está por llegar pero diría que no puede tardar demasiado en estallar. Quizás en septiembre. Y nuestros dirigentes, son incapaces de preverlo ni tomar las medidas oportunas para evitarlo.

"Comentario de septiembre de 2009 - Si fuera filósofo supongo que militaría en la rama de los estoicos o los pesimistas por naturaleza, pero no seria de los indignados, no lo soy y ni siquiera en este aspecto me puedo definir. Me maravilla a menudo que algunos componentes de esta sociedad nuestra reclamen para hacer valer sus derechos en sentirse menospreciados o ultrajados por la Administración, por cualquier ente del poder público o privado. Lo digo porque parece mentira tal y como estamos actualmente, con la crisis galopante que tenemos y lo que nos espera, el aumento desaforado del paro, el autismo de la Administración y el bandolerismo de Bancos y Cajas en general, más el expolio de eléctricas y gasísticas entre otros, la ciudadanía como un rebaño de ovejas (yo el primero) nos hayamos instalado en un "dolce far niente" de una sociedad dormida instalada en un pasotismo pasivo que es realmente preocupante. Esta abdicación formal para la lucha demuestra hasta qué punto hemos abdicado, nos hemos adocenado y nos da igual todo.
Aquí lo vamos asumiendo todo con una displicencia y una paciencia digna de Job que se ve tenía mucha de paciencia. Treinta años atrás por mucho menos se montaban los grandes pollos y la gente se echaba a la calle a protestar, para exigir y normalmente conseguir preservar sus derechos como ciudadanos, y a veces por nimiedades como que simplemente subiera una miseria un billete de autobús o una peseta la gasolina. Pero actualmente esto aparentemente ni afecta ni moviliza a pesar del auténtico expolio que está perpetrando Fecsa ENDESA, y ellos claro, encantados de la vida. No usamos el derecho a protestar, y al no hacerlo estamos dando patente de corso a los que nos expolian de una u otra manera.
Pero que se puede esperar de una sociedad egoísta y nihilista perdida en el vacío mental, y que encima tiene un Gobierno que por sí mismo es incapaz de reclamar y exigir lo que le corresponde a él y de rebote a sus ciudadanos. Tal para cual somos, y asi de esa guisa, todos a tragar que el estómago es grande y el culo ancho. "

añadido: Si según el consejero de Interior de la Generalitat Felip Puig, son unos 400 los provocadores profesionales que revientan las manifestaciones, y esta escasa cantidad de gente logró evitar la entrada de las más altas autoridades del país a su Parlamento, ¿que pasaría si la revuelta propiciada por el descontento se extendiera?. Y es que el Conseller Puig que se pasó de frenada para "limpiar" la plaza de Catalunya, se quedó corto el 15-J. Si esto le pasa a Joan Saura, ya estaría crucificado como Mussolini.

Publicar un comentario

0 Comentarios