LA SOMBRA DE CAÍN

Antonio Machado vio la sombra de Caín vagando errante por España. Pero también frecuenta otros parajes. El año 1917, en vista del derrumbe del régimen zarista y la negativa de los Habsburgo a firmar una paz por separado, Gran Bretaña y Francia comenzaron a alentar el nacionalismo y a convertir la autodeterminación en uno de los fines de la Primera Guerra Mundial. Francia fijó la independencia de Polonia como objetivo, y Francia y Gran Bretaña impulsaron la división de Austria-Hungría y la creación de nuevos estados étnicos. En Oriente Medio, el coronel T.H. Lawrence prometió reinos independientes a los emires Faisal y Huseín. Y la declaración Balfour aseguró a los judíos un hogar nacional en Palestina, para alentarlos a abandonar la causa de las potencias centrales. Era un cheque firmado para ganar la Gran Guerra.

Cuenta Tony Judt que, en 1958, en el momento culminante de la crisis argelina, mientras en París se consentía el empleo de la tortura por el ejército francés de ocupación y los coroneles paracaidistas pedían carta blanca para acabar con el terror, Raymond Aron publicó un libro –L’Algérie et la République–, en el que sorteó los debates sobre colonización, independencia, tortura y terrorismo, al tiempo que sostuvo fríamente que los franceses debían abandonar Argelia, pues Francia carecía de voluntad y medios para retenerla. Muchos años después, preguntado por qué no había tratado en su libro de la guerra sucia, respondió que lo importante no era analizar los orígenes del conflicto ni adjudicar culpas, sino hacer lo que tenía que hacerse. 

Del mismo modo, en el caos de acusaciones mutuas que se entrecruzan en Oriente Próximo, se echa de menos la glacial frialdad de un Aron. Porque la salida del conflicto entre Israel y Palestina no pasa por enzarzarse en el debate sobre las causas y el reparto de responsabilidades, sino por la aceptación de los hechos como son. Y estos son tozudos. Israel existe: con el tiempo, los palestinos y los demás árabes lo aceptarán; y los palestinos no pueden ser expulsados de Palestina, ni integrados en Israel. Los palestinos necesitan un verdadero Estado propio y, antes o después, lo tendrán.


Quizá, al final, las fronteras de 1967 serán modificadas, pero casi la totalidad de los territorios ocupados volverán a dominio palestino, y la mayoría de los asentamientos israelíes en los territorios ocupados serán desmantelados. No habrá un derecho al retorno de los árabes, y habrá que aceptar que Jerusalén está ya dividida de hecho por fronteras étnicas.

Admitido que los hechos son tozudos y acabarán prevaleciendo, la pregunta es inexorable: ¿por qué resulta imposible llegar a un acuerdo? La respuesta también es clara: por el enfrentamiento visceral entre árabes y judíos. Ahora bien, nada es eterno, y tampoco son eternos los enconamientos. Piénsese que, cuatro años después del libro de Aron, De Gaulle sacó a los franceses de Argelia con cierta facilidad. Y, después de cincuenta años de represión y explotación, los blancos de Sudáfrica cedieron el poder a la mayoría negra, que les sustituyó sin violencia ni venganza, claro que tenían a Mandela. Lo que pone de relieve la importancia decisiva en la historia del factor humano, que hoy está fallando miserablemente.

“A la fuerza ahorcan”, se dice en castellano cuando alguien ha de hacer una cosa en contra de su voluntad y no le queda más remedio que aceptarlo con resignación. Es esta una predisposición que, antes o después, han de tener tanto árabes como israelíes, pues afecta a todos. No pueden librar una guerra sin fin. Máxime cuando, en el tablero geopolítico internacional, el declive de Occidente, incluyendo a Estados Unidos, es imparable y determinante, por lo que árabes e israelíes quedarán cada vez más limitados a sus propias fuerzas, que, aun siendo muy superiores en casi todo las de Israel, son también insuficientes para una guerra eterna. Están condenados a entenderse. Por esta misma razón es infinitamente doloroso lo que hoy está ocurriendo en aquella tierra donde la sombra de Caín ya lo oscurece todo. - Juan-José Lopez Burniol, en la vanguardia.com

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OMEGAPRO, UNA MACRO ESTAFA DE TRES MIL MILLONES

Centenares de víctimas de una estafa piramidal con criptomonedas a escala global demandarán una veintena de futbolistas y exfutbolistas por hacer propaganda, según una investigación que publica El Diario.es.

La empresa llamada Omegapro embolsó 3.000 millones de euros con la promesa de una rentabilidad de un 300% en tan solo 14 meses para invertir en criptomonedas. Lo consiguieron a través de una campaña de márketing agresiva en la cual participaron jugadores de alto nivel. Los futbolistas que hicieron publicidad fueron Vinicius, Ronaldinho, Kaká, Luis Figo, Iker Casillas, Carles Puyol, Roberto Carlos y Fernando Hierro, entre otros, según el boletín. Algunos participaron en actos de promoción de este fraude internacional y otros lo publicitaron en las redes sociales. 

Tres de los principales responsables de la compañía han acabado en la prisión, aunque todavía hay dos fugitivos. Ahora, un abogado que representa a las víctimas asegura que llevarán ante el juez a los futbolistas y exfutbolistas profesionales que, por ejemplo, compartieron mensajes en las redes hablando del proyecto o participaron en partidos de exhibición para promocionarlo. Los reguladores de varios países (también los del estado español) ya habían advertido que no era una empresa de fiar. El fraude ocurrió durante el 2022, y la Comisión Española del Mercado de Valores ya había añadido Omegapro a su lista de negocios financieros poco transparentes dos años antes, en el 2020.

El Diario ha entrevistado a una veintena de víctimas de esta estafa a escala global, media docena de ellas en España, y también antiguos trabajadores de la estafa piramidal. Todos los estafados admiten que los grandes actos que hacía la empresa, así como la participación de celebridades, los hicieron confiar en el proyecto.  

¿“Cómo tenía que ser una estafa? ¡Si estaban metidos los futbolistas y el logo de la empresa se proyectó en el rascacielos este de Dubái!”, se pregunta Dolores, una de las víctimas, que perdió los 18.000 euros que ahorró durante años encadenando trabajos precarios. Pues porque (lo siento) Dolores es tonta, como todos los que han sido engañados por Omegapro. Como se puede ser tan inocente para caer en esta trampa que los es todo menos saducea, más bien es el timo de la estampita 5G. Circulaban dos videos falsos, uno de Jordi Évole i otro de Pablo, Pablito, Pablete Motos entrevistando (ja ja ja) a Amancio Ortega, cuando el magnate gallego no concede ni una entrevista, y menos a un tipo como Motos. Lo que molesta es que este tipo de videos o noticias salen implementadas en digitales serios, y no es nuevo, Risto Mejide también fué utilizado en esta estafa en 2019, juntament amb Pablo Motos. Ponzi estaria orgullós de com han millorat el seu esquema.

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¿QUIÉN VIGILA AL VIGILANTE?


El periodista Sam Biddle ha publicado estos días que el Comando de Operaciones Especiales Conjuntas (JSOC) del Departamento de Defensa de Estados Unidos ha reconocido estar interesado en crear perfiles de usuarios en redes sociales que “parezcan un individuo reconocible como humano, pero que no exista en el mundo real” y que “la solución debería incluir imágenes y videos de rostros (…) que los algoritmos no puedan detectar como virtuales”. El Pentágono ya ha sido descubierto otras veces utilizando perfiles falsos en las redes. En 2022 Meta y Twitter eliminaron una red de cuentas falsas operadas por el ejército, y en 2024 Reuters reveló una campaña del mismo JSOC que usaba perfiles falsos para minar la confianza de la población en la vacuna china contra la covid.

Los servicios de inteligencia norteamericanos están constantemente avisando del grave riesgo que supone para la seguridad nacional que otras potencias contaminen la opinión pública mediante el uso de perfiles falsos, pero ellos utilizan esta mala práctica de manera sistemática. Con una mano nos advierten del riesgo de ser engañados, mientras que con la otra tratan de engañarnos. De locos, y una vergüenza. Lo mismo sucede en todas partes. En septiembre de 2019 Twitter cerró en todo el mundo más de 10.000 cuentas relacionadas con partidos políticos. Más de 4.000 en China, relacionadas con la acción del gobierno contra las protestas en Hong Kong; más de mil en Ecuador, vinculadas a intereses de Alianza País; casi 300 en una operación de desinformación contra Qatar; más de 300 en España al servicio de intereses del PP, y más de 100 en Catalunya asociadas a ERC. 

En noviembre de 2021 Twitter cerró una red de cuentas operadas por bots que habían lanzado 200.000 mensajes de apoyo al PSOE y de castigo a sus rivales políticos. En octubre de 2022 se hizo famosa una cuenta falsa bajo el nombre ficticio de Joana Masdeu, que sacudió el entorno de Junts y que mucha gente atribuyó a alguien del partido afín a Laura Borràs. Y estos días, el PP de Galicia denuncia un “entramado de manipulación” en redes para atacar a la Xunta y al presidente Alfonso Rueda.

Se habla mucho de hasta qué punto internet, y las redes sociales en concreto, son un problema por contener demasiada información dudosa, pero se habla poco de que este problema no lo causa la ciudadanía sino precisamente aquellos que tienen el encargo de cuidar el espacio público. Desde los partidos hasta las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, sin olvidar algunos grandes grupos empresariales. Ya lo estamos viendo con la crisis interna de ERC, ellos se lo guisan y ellos se lo comen, pero el resultado es que no te puedes fiar de nadie.

El domingo 13, en el Via Lliure de RAC1, Xavi Bundó entrevistó a Yuval Noah Harari y el historiador reclamó que es urgente un estricto marco legal que prohíba crear falsos humanos en el entorno digital. Le faltó decir que hacen falta estas leyes porque necesitamos protegernos de los que deberían estar vigilando. - Genis Roca en la vanguardia.

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AUSCHWITZ, LA ELECCIÓN DEL JUDIO

Adorno escribió en 1944: «Después de lo que ocurrió en el campo de Auschwitz hay que ser un malvado para escribir un poema». Repitió esta tesis con toda su intensidad en 1961, negándose a restarle lo más mínimo de su fuerza. Lo obvio es que no es imposible la grosería de los turistas que se toman fotos en la entrada de Auschwitz como si estuvieran compitiendo en un concurso de vulgaridad narcisista. Un millón de muertes no es para ellos más que el contexto de su selfie. ¿Por qué debería ser imposible la poesía si cabe la vulgaridad?

Wittgenstein ha escrito que «de lo que no se puede hablar, mejor callarse». ¿Pero por qué callar? ¿Acaso ante la pobreza de la palabra no se puede saltar, morder, escupir, acariciar o aullar?. Adorno contesta en parte esta pregunta en 1966: «El sufrimiento perenne tiene tanto derecho a la expresión como el martirizado a aullar, por eso quizás haya sido falso que después de Auschwitz ya no se puede escribir ningún poema. Pero no es falsa la cuestión menos cultural de si después de Auschwitz se puede seguir viviendo, sobre todo de si puedo hacerlo quién casualmente escapó y quién normalmente deberían haber matado».

Paul Celan lo intentó y acabó arrojándose al río Sena desde el parisino puente Mirabeau, en 1970. Su suicidio es el último gesto del superviviente que no puede hablar ni permanecer callado ante la normalidad de la vida cotidiana. Intentó escribir poemas en los que la belleza del lenguaje no enmascarase la tragedia. Escribió, de hecho, contra el lenguaje. Pero sabemos que en la práctica de la deshumanización programada de Auschwitz también hubo poesía. Entre los cadáveres, los montones de heces, las cenizas humanas de las chimeneas y la programación sistemática del odio a uno mismo, hubo quienes resistieron, afirmándose con orgullo como seres provisionalmente vivos, y por eso buscaron el amparo de la poesía. La pregunta de si es posible la poesía se puede responder de esta forma:

¿Sigue siendo necesario negar toda posibilidad de victoria póstuma a Hitler? Si creemos que sí, entonces sigue teniendo sentido el esfuerzo de santificar la vida y de mantener encendida la llama sagrada de la poesía.

Antes de la pandemia pusieron duchas para los turistas en el Memorial de Auschwitz, de lo que no ha sido una buena idea a pesar de las buenas intenciones que de los responsables del recinto. Varios visitantes judíos se han sentido ofendidos al entender que se parecían demasiado a las que utilizaban los nazis. En realidad, estaban pensadas para paliar el calor que sufren los visitantes al hacer la cola para entrar. Fue un grupo de visitantes israelíes quienes pusieron el grito en el cielo al considerar que se trataba de algo "muy ofensivo". Aunque algunas personas consideran que el memorial debía haber tenido más sensibilidad al respecto, los responsables no ven ninguna conexión entre una cosa y otra y han colgado un comunicado en Facebook en el que niegan que se pueda realizar ninguna comparación histórica entre las duchas instaladas en la entrada del recinto y las utilizadas por los nazis para exterminar a millones de judíos. No es la primera vez que ocurre, a menudo los judíos se la cogen con papel de fumar en lo que les afecta a ellos oa su pueblo, y no digas nada, por qué te tacharán enseguida de antisemita, y, en cambio, tiran por el chivo como Palestina sin ningún tipo de miramiento ni memoria de lo que ellos sufrieron, repitiendo la historia a la inversa. Decía Jabes: Dios es la elección del judío y el judío es la elección de Dios, y no sé yo si uno y otro escogieron muy bien". Y hablando de fotos no demasiado acertadas, ésta de unos soldados israelíes de ambos géneros haciéndose un selfie, sería una de ellas. - Con información de 'el café de ocata' y la wikipedia.

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EL ASESINO - STEPHEN KING

De repente se despertó sobresaltado, y se dio cuenta de que no sabía quién era, ni que estaba haciendo aquí, en una fábrica de municiones. No podía recordar el nombre ni lo que había estado haciendo. No podía recordar nada.

La fábrica era enorme, con líneas de ensamblaje, y cintas transportadoras, y con el sonido de las partes que estaban siendo ensambladas.

Tomó uno de los revólveres acabados de una caja donde estaban siendo, automáticamente, empaquetados. Evidentemente, había estado operando en la máquina, pero ahora estaba parada.

Recogía el revólver como algo muy natural. Caminó lentamente hacia el otro lado de la fábrica, a lo largo de las rampas de vigilancia. Allí había otro hombre empaquetando balas.

–¿Quién Soy? –le dijo pausadamente, indeciso.

El hombre siguió trabajando. No levantó la vista, daba la sensación de que no le había oído.

–¿Quién soy? ¿Quién soy? – gritó, y aunque toda la fábrica retumbó con el eco de sus salvajes gritos, nada cambió. Los hombres siguieron trabajando, sin levantar la vista.

Agitó el revólver junto a la cabeza del hombre que empaquetaba balas. Lo golpeó, y el empaquetador se cayó, y con la cara, golpeó la caja de balas que cayeron al suelo.

Él recogió una. Era el calibre correcto. Cargó varias más.

Escucho el clic-click de pisadas cerca de él, se volvió y vio a otro hombre caminando sobre una rampa de vigilancia. «¿Quién soy?» , le llamó. Realmente no esperaba obtener respuesta.

Pero el hombre miró hacia abajo y empezó a correr.

Apuntó el revólver hacia arriba y disparó dos veces. El hombre se detuvo, y se cayó de rodillas, pero antes de caer apretó un botón rojo en la pared.

Una sirena empezó a aullar, ruidosamente y claramente.

«¡Asesino!, ¡asesino!, ¡asesino!» – bramaron los altavoces.

Los trabajadores no levantaron la vista. Siguieron trabajando.

Corrió, intentando alejarse de la sirena, del altavoz. Vio una puerta, y corrió hacia ella.

La abrió, y cuatro hombres uniformados aparecieron. Le dispararon con armas de energía extrañas. Los rayos pasaron por su lado.

Disparó otras tres veces, y uno de los hombres uniformados cayó, su arma resonó al caer al suelo.

Corrió en otra dirección, pero más uniformados llegaban desde la otra puerta. Miró furiosamente alrededor. ¡Estaban llegando de todas partes! ¡Había que escapar!

Trepó, más y más alto, hacia la parte superior. Pero había más. Lo tenían atrapado. Disparó hasta despejar el cargador del revólver.

Se acercaron, algunos desde arriba, otros desde abajo. «Por favor! ¡No dispare! ¡No se dan cuenta de que solo quiero saber quién soy!»

Dispararon, y los rayos de energía le abatieron. Todo se volvió oscuro…

Les observaron cómo cerraban la puerta detrás de él, y entonces el camión se alejó. «Uno se convierte en asesino de vez en cuando», dijo el guarda.

«No lo entiendo», dijo el segundo, rascándose la cabeza. «Mira este. ¿Qué era lo que decía? Solo quiero saber quién soy. Esto era”.

Parecía casi humano. Estoy empezando a pensar que están haciendo estos robots demasiado bien.»

Observaron el camión de reparación de robots desaparecer por la curva.

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¿QUE PASA EN EL CONGO CON LOS CONGUITOS?


En el bar del Parlament de Catalunya han decidido retirar un producto de su catálogo por un motivo insólito. Los políticos y demás personas que frecuentan este establecimiento ya no podrán seguir consumiendo un artículo que, a raíz de algunos comentarios que subrayaban la connotación racista de su nombre e imagen, dejará de estar muy pronto disponible.

Se trata de los famosos 'Conguitos', unas bolsas de bolas de chocolate rellenas de cacahuete. Comercializado por la marca Lacasa desde 1961, este producto lleva años generando debate por las ilustraciones que recubren su envoltorio naranja: un pequeño personaje que emula de manera caricaturesca a una persona originaria del Congo y que, al mismo tiempo, da nombre al artículo. Cabe destacar que en el sitio web de la marca los productos ya se comercializan sin este distintivo. Si nos remontamos a años atrás, también los anuncios de televisión de la marca evocan la idea estereotípica de su logo a través de campañas de publicidad ambientadas en tribus del país africano.

Y es que lo que ocurre en el Congo se queda en el Congo. Ay señor, le quitaron el cigarrillo a Lucky Luke, Pipa en Monsieur Hulot, A Tintín en el Congo le han tachado de racista supremacista. Y eso que según cantaba Dodó Escolà, en el Congo, al blanco que pillan lo hacen mondongo, supongo que por gilipollas, no porque sea blanco o coma conguitos. Ahora, según recoge 'ElNacional.cat', esta polémica ha llegado al Parlament. Los responsables del local niegan a este medio haber recibido directrices para suspender la venta de 'Conguitos' y alegan que la decisión nace a raíz de algún comentario escuchado en la barra del bar sobre el tema. La explicación es poco convincente, tiene que haber algún iluminado que ha decidido que deben retirarse los Conguitos, aunque quizá se podrían solucionar cambiando el nombre de Conguitos, por el de República democrática de los Conguitos. La Creu de San Jordi ya, para el padre de la prohibición de los Conguitos. Esto sí que es una absurdis absurditatis. Tiembla Anís del Mono con la cara de Oscar Puente, tu serás el siguiente.

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IDIOTAS LLENOS DE IRA Y FURIA


Miguel Tellado, el portavoz parlamentario del PP, se vino arriba en esRadio, cuando le preguntaron por la escasa viabilidad de la querella presentada contra el PSOE por supuesta financiación ilegal, a partir de un recorte de prensa. Lo justificó haciendo referencia a la proclama del expresidente José María Aznar de que “quien pueda hacer que haga”. La declaración de Tallada era tan cruda que rebasó el listón de la corrección política cuando dijo: “Nuestra obligación en estos momentos es echar a Sánchez del Gobierno lo antes posible y lo haremos con todos los medios a nuestro alcance. Y si los medios son judiciales, también lo haremos. Creemos que Sánchez es una amenaza para la democracia y nuestra obligación es echarle lo antes posible”.
Poco después, la Fiscalía Anticorrupción, que investiga el caso Koldo, rechazó la querella del PP contra el PSOE por la supuesta financiación ilegal. El asunto está ahora en la mesa del juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz que deberá resolver si prospera o no. Las manifestaciones del portavoz popular son tan sinceras que incomodan. ¿Quizás vale todo en política? Tellado es el azote del PP, el látigo contra el PSOE. Alberto Núñez Feijóo llevó al ferrolán de Galicia y el execrable hombrecillo en la trifulca madrileña se siente como pez en el agua.
Los populares descartan la moción de censura porque son conscientes de que hoy la perderían. Pero lograron desplazar el foco del caso Koldo a Ferraz, con el relato de las bolsas de dinero que nadie se atribuye. Los conservadores luchan denodadamente para que el caso Koldo se convierta en el caso Sánchez, a expensas de lo que sea, y por eso pondrán “todos los medios a su alcance”. Pero no todo es lícito, aunque la presunción de inocencia hace tiempo que en ese país vale lo mismo que un décimo no premiado de lotería. Y esto es un maltrato a la democracia. De hecho, el día que el PP empezó a judicializar la política le asestó una estocada mortal a la democracia española, pero eso les da igual a un grupo de idiotas que cuentan la historia llenos de ira y furia, y no precisamente shakespeariana, más bien Berlanguiana.
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