Las medidas contra los inmigrantes ilegales o alegales empezaron a incrementarse a raíz del 11-S en Nueva York y se han ido incrementando no sólo en EEUU, sinó también en varios países de Europa, como en Francia, Italia o España amén de Israel. Ahora, en Grecia, han emprendido una cruzada contra los inmigrantes sin papeles, que tengan enfermedades infecciosas, o que vayan sucios, y pretenden expulsarlos o encerrarlos en antiguas instalaciones del ejército como si fueran apestados, en unas condiciones no muy óptimas. Es el futuro que espera a unos ciudadanos oriundos y foráneos que cada vez tendremos menos derechos, de unos estados de derechas que pretenden ser omnipotentes y controlar al máximo nuestras vidas. En el caso de España, ya lo decía Joan Fuster: el problema no es que gane la derecha, es que ganen 'las derechas', y sino veáse cómo han arrinconando a las autonomías mientras se perfila cada vez más una España muy centralizada. Todos estos gobiernos se pasan por el forro los derechos humanos de los ciudadanos que cada vez tenemos menos, y lo hacen con total impunidad y cinismo, siempre por nuestro bien, según se jactan.