Tuvo que pasar mucho tiempo hasta, que supe que Hurricane, de Bob Dylan, estaba dedicada al boxeador Rubin 'Huracán' Carter muerto este domingo en Toronto (Canadá) a los 76 años, tras una larga lucha contra el cáncer de próstata.
Carter, fue uno de los púgiles más prometedores de los años 60, pero su carrera quedó truncada cuando fue acusado de un triple asesinato que no cometió y se pasó casi 20 años preso. Bob Dylan le dedicó una canción y Denzel Washington protagonizó una película sobre su vida que le valió un Globo de Oro y la candidatura al Oscar al mejor actor.
Nacido en Paterson (Nueva Jersey, EEUU) en 1937, Carter luchó en la categoría de peso medio entre 1961 y 1966. Ese año, cuando estaba a punto de conquistar el título mundial, fue arrestado acusado de matar a dos hombres y una mujer en Lafayette Bar and Grill de su ciudad. Él y otro hombre, John Artis, fueron juzgados y condenados a prisión. Con el apoyo de importantes líderes de la comunidad negra y de reconocidos artistas, y gracias a un grupo de defensores de los derechos civiles canadienses, en noviembre de 1985 se le permitió presentar nuevas pruebas para demostrar su inocencia.
Durante la apelación, quedó demostrado que el juicio estuvo lleno de irregularidades. No sólo hubo elementos racistas - las víctimas eran blancas -, también salió a la luz la corrupción de la policía, que manipuló pruebas y declaraciones. El juez, ante tales evidencias, anuló la condena.
Al recuperar la libertad, Carter, se trasladó a Toronto, donde vivió hasta su muerte luchando contra contra casos similares al suyo.
No es muy original la historia de Carter, en Estados Unidos, si es asesinado un blanco y por allí pasa algún negro, tiene todos los números para ser culpable, y si no lo es, hacen que lo sea. No sólo aquí la Justicia es injusta, en Estados Unidos también, posiblemente aún más que aquí.
El ciudadano estadounidense Glenn Ford, que fue declarado inocente tras pasar 30 años en el corredor de la muerte, se une a una larga lista de casos en los que la Justicia de su país tuvo que rectificar. Desde 1973, 142 condenados a muerte en 26 estados han abandonado el corredor de la muerte después de haber probado su inocencia.
Según la organización Witness of Innocence , uno de cada nueve condenados a muerte en este país fue posteriormente declarado inocente. Después de recuperar su libertad cada uno de ellos había pasado de media 10 años de estancia en prisión. Supongo que no hace falta aclarar que la mayoría de estos inocentes eran negros.
Carter, fue uno de los púgiles más prometedores de los años 60, pero su carrera quedó truncada cuando fue acusado de un triple asesinato que no cometió y se pasó casi 20 años preso. Bob Dylan le dedicó una canción y Denzel Washington protagonizó una película sobre su vida que le valió un Globo de Oro y la candidatura al Oscar al mejor actor.
Nacido en Paterson (Nueva Jersey, EEUU) en 1937, Carter luchó en la categoría de peso medio entre 1961 y 1966. Ese año, cuando estaba a punto de conquistar el título mundial, fue arrestado acusado de matar a dos hombres y una mujer en Lafayette Bar and Grill de su ciudad. Él y otro hombre, John Artis, fueron juzgados y condenados a prisión. Con el apoyo de importantes líderes de la comunidad negra y de reconocidos artistas, y gracias a un grupo de defensores de los derechos civiles canadienses, en noviembre de 1985 se le permitió presentar nuevas pruebas para demostrar su inocencia.
Durante la apelación, quedó demostrado que el juicio estuvo lleno de irregularidades. No sólo hubo elementos racistas - las víctimas eran blancas -, también salió a la luz la corrupción de la policía, que manipuló pruebas y declaraciones. El juez, ante tales evidencias, anuló la condena.
Al recuperar la libertad, Carter, se trasladó a Toronto, donde vivió hasta su muerte luchando contra contra casos similares al suyo.
No es muy original la historia de Carter, en Estados Unidos, si es asesinado un blanco y por allí pasa algún negro, tiene todos los números para ser culpable, y si no lo es, hacen que lo sea. No sólo aquí la Justicia es injusta, en Estados Unidos también, posiblemente aún más que aquí.
El ciudadano estadounidense Glenn Ford, que fue declarado inocente tras pasar 30 años en el corredor de la muerte, se une a una larga lista de casos en los que la Justicia de su país tuvo que rectificar. Desde 1973, 142 condenados a muerte en 26 estados han abandonado el corredor de la muerte después de haber probado su inocencia.
Según la organización Witness of Innocence , uno de cada nueve condenados a muerte en este país fue posteriormente declarado inocente. Después de recuperar su libertad cada uno de ellos había pasado de media 10 años de estancia en prisión. Supongo que no hace falta aclarar que la mayoría de estos inocentes eran negros.
LETRA DE 'HURRICANE'
Disparos de pistola resuenan en la noche en el bar
Llega Patty Valentine desde el piso de arriba
Ve al encargado en un charco de sangre
Grita: “¡Dios mío, los han matado a todos!”
Aquí viene la historia del Huracán.
El hombre al que las autoridades culparon
De algo que nunca hizo
Lo pusieron en una celda de prisión, pero él pudo haber sido
el campeón del mundo.
Tres cuerpos allí tirados Patty ve
a otro hombre llamado Bello, andando por allí misteriosamente
“yo no lo hice”, dice él y levanta las manos
“estaba solamente robando la caja, espero que me comprendan
los vi irse” dice, y se detiene
“uno de nosotros mejor llama a la poli" y ellos entran en escena
con sus luces rojas centelleando
en la caliente noche de New Jersey.
Mientras tanto, muy lejos, en otra parte de la ciudad
Rubin Carter y un par de amigos van conduciendo por allí
El contendiente número uno para la corona de los pesos medios
No tenía ni idea de la clase de mierda que le iba a caer
Cuando un poli lo empujó a un lado del camino
Como la vez anterior y la vez anterior a esa
En Paterson así es como son las cosas
Si eres negro es mejor que no salgas a la calle
A menos que quieras caldear el ambiente.
A menos que quieras caldear el ambiente.
Alfred Bello tenía un socio y éste tenía un soplo para la pasma
El y Arthur Dexter Bradley habían salido para merodear
Dijo: “Vi a dos hombres huyendo, parecían pesos medios
Saltaron a un auto blanco con matrícula de otro estado”
Y la Srta. Patty Valentine simplemente asintió con la cabeza
El poli dijo: “Esperen un momento muchachos, este todavía no está muerto”
Así que lo llevaron al hospital
Y aunque este hombre apenas podía ver
Le dijeron que él podía identificar a los culpables.
Cuatro de la mañana y traen arrastrando a Rubin
Lo traen al hospital y lo llevan escaleras arriba
El hombre herido lo mira a través de su ojo moribundo
Dice: “¿Para qué lo traen?, este no es el tipo”
Sí, esta es la historia de Huracán
El hombre al que las autoridades culparon
De algo que nunca hizo
Lo pusieron en una celda de prisión, pero él pudo haber sido
El campeón del mundo.
Cuatro meses después, los ghettos están ardiendo
Rubin está en Sudamérica, peleando por su nombre
Mientras Arthur Dexter Bradley todavía está en el negocio del robo
Y la pasma le está apretando, buscan a alguien a quién culpar
“¿Recuerdas aquél asesinato en el bar?”
“¿Recuerdas que dijiste haber visto el coche en la huída?”
“¿Piensas que te gustaría jugar a la pelota con la ley?”
“¿Crees que pudo haber sido aquél boxeador el que viste huir aquella noche?”
“No olvides que eres blanco”
Arthur Dexter Bradley dijo: “Realmente no estoy seguro”
“Los polis dijeron: “A un pobre chico como tu le vendría muy bien una oportunidad”
Te tenemos por el trabajo del Motel y estamos hablando con tu amigo Bello
No querrás volver a la cárcel, así que sé buen chico
Le harás un favor a la sociedad
El hijo de puta es bravo y se pone más bravo
Queremos moverle el culo
Queremos clavarle este triple asesinato a él
El no es “Gentleman Jim”.
Rubin podía noquear a un hombre con un solo golpe
Pero a él no le gustó hablar mucho de eso
“Es mi trabajo”, decía, “y lo hago por dinero
Y en cuanto termino en seguida me pongo en marcha
A un paraíso donde fluye la corriente y las truchas y el aire es delicioso
Y doy un paseo a caballo por el campo”
Pero entonces lo llevaron a la cárcel
Donde intentan trasformar un hombre en un ratón.
Todas las cartas de Rubin estaban marcadas de antemano
El juicio fue un circo de cerdos, él nunca tuvo una oportunidad
El juez hizo aparecer a los testigos de Rubin como borrachines de los bajos fondos
Para la gente blanca que miraba él era un vago revolucionario
Y para la gente de color él era solamente un negro loco
Nadie dudó de que él había apretado el gatillo
Y aunque no pudieron presentar el arma
El D. A. (Fiscal del distrito) dijo que él era el autor del hecho
Y jurado de blancos estuvo de acuerdo.
Rubin Carter fue falsamente enjuiciado
El crimen fue asesinato en primer grado, ¿adivinan quién testificó?
Bello y Bradley y los dos mintieron descaradamente
Y los periódicos, siguieron todos la corriente
¿Cómo puede la vida de un hombre como ese estar en la palma de la
mano de algún truhán?
Verlo tan obviamente entrampado
No puedo evitar avergonzarme de vivir en un país
Donde la justicia es un juego.
Ahora todos los criminales con sus trajes y corbatas
Están libres para beber martinis y mirar el amanecer
Mientras Rubin se sienta como Buda en una celda de diez pies
Un hombre inocente en un infierno viviente
Esa es la historia de el Huracán
Pero no terminará hasta que limpien su nombre
Y le devuelvan el tiempo que ha cumplido
Lo pusieron en la celda de una prisión, pero una vez pudo haber sido
El campeón del mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario