Ya he explicado en alguna ocasión que no me gusta retratar a las personas, y si lo hago muy ocasionalmente siempre pido permiso. Ayer mientras subía con la bici hacia Matadepera, un poco antes de llegar a la residencia de ancianos de Terrassa, he visto un señor mayor con su traje, zapatillas y la gorra que no falte, con unas tenazas intentando cortar los alambres de la valla del jardín que da al camino, en un evidente intento de fuga de la residencia.
Me pareció que tenía que avisar,¿A donde quería ir aquel señor mayor? en caso de fuga, y aparte, estaba la responsabilidad del personal de la Residencia.
En recepción, primero no me hicieron mucho caso ...
- Hay dos señores arreglando la cerca, me dijo una señora con bata blanca.
- Señora, el abuelo de la gorra diría que la está desarreglado, y sus intenciones son las de emular a Steve McQueeen sin moto.
Finalmente fuimos la señora y servidor hacia donde estaba el abuelo, que se llama Antonio.
¿Que haces Antonio? le preguntó la señora.
Y Antonio, como un niño cogido en una fechoría sonrió y mientras se guardaba las tenazas en el bolsillo interior de la americana, con cara de circunstancias y enseñando los dos dientes que le quedan en el frontal superior contestó: Estaba aligerando la valla. Y se quedó tan ancho...
Pude retratarlo incluso en su intento de fuga, pero no me pareció correcto, en cierto modo le traicioné al delatarlo. Curiosamente, en este mismo lugar hace cinco años, cada mañana cuando pasaba con la bicicleta, dentro del recinto, un señor mayor, impecablemente vestido incluso con pantalones de golf y calcetines de cuadros, zapatos al uso, lanzaba pelotas de golf con su palo y con mucho estilo.
Al Sr. del Golf y a Antonio, en cierto modo les han quitado la libertad y cada uno de ellos intentaba escapar a su manera, y en ambos casos, sobre todo el del señor del Golf me produjeron mucha tristeza.
La tarde caía lentamente y el sol resplandecía en el lado sur de la Mola que si retraté.
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