La Generalitat ha desplegado un amplio dispositivo para localizar la jauría de perros salvajes de Seròs (Segrià). Ha ampliado hasta cinco el número de jaulas trampa, un sistema que hasta ahora no ha dado resultados, y también ha incrementado las patrullas de agentes rurales que hace más de una semana que peinan, a lo largo de las 24 horas del día, la zona del Bajo Segre con el objetivo de atrapar, ya sea vivos o muertos, los perros asilvestrados que tienen amedrentados a los vecinos de la zona. Los agentes rurales creen que detrás de los dos ataques al mismo rebaño de ovejas que se han registrado en menos de una semana hay un grupo de cuatro perros. Pero no son los únicos que rondan por esta zona, ya que los agentes también hablan de otra canilla formada por una decena de perros.
El jefe del cuerpo en Lleida, Llorenç Ricou, no confía en capturar a los animales con las jaulas trampa. «Es muy difícil, ya que estos animales actúan siempre de noche, salen cuando tienen hambre y su comportamiento es totalmente imprevisible. Son muy astutos», explicó ayer en una rueda de prensa tras la reunión mantenida con el jefe de los servicios territoriales de Agricultura en Lleida, Jaume Fabà.
La noticia es preocupante, no ya por el ganado aniquilado, sino por la manera de comportarse de los perros, esa teoría de que el hombre es el único animal que mata por matar y no sólo para alimentarse, estos perros la están tirando por el suelo; no matan para comer (que también) matan por matar, para hacer daño, por puro placer o de rabia por su situación, pero matan indiscriminadamente y al por mayor, como si de una guerra se tratara, o quizás de esto se trate, y este comportamiento acerca estos perros al nivel de los homínidos, en su peor vertiente, eso si.
El jefe del cuerpo en Lleida, Llorenç Ricou, no confía en capturar a los animales con las jaulas trampa. «Es muy difícil, ya que estos animales actúan siempre de noche, salen cuando tienen hambre y su comportamiento es totalmente imprevisible. Son muy astutos», explicó ayer en una rueda de prensa tras la reunión mantenida con el jefe de los servicios territoriales de Agricultura en Lleida, Jaume Fabà.
La noticia es preocupante, no ya por el ganado aniquilado, sino por la manera de comportarse de los perros, esa teoría de que el hombre es el único animal que mata por matar y no sólo para alimentarse, estos perros la están tirando por el suelo; no matan para comer (que también) matan por matar, para hacer daño, por puro placer o de rabia por su situación, pero matan indiscriminadamente y al por mayor, como si de una guerra se tratara, o quizás de esto se trate, y este comportamiento acerca estos perros al nivel de los homínidos, en su peor vertiente, eso si.
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