Ayer al mediodía fuimos con mi mujer al Baricentro, y dentro del lugar, al super... mercado Carrefour donde entre otras cosas, como estaban de oferta nos hemos quedan dos vaqueros para mí, el primero a 9'99 € y el segundo a 5 € , o sea que por € 14,99 tengo dos vaqueros, que falta me hacían pués los que tenía están ya muy gastados.
Hasta aquí todo bien, pero aunque sea de vez en cuando, me gusta reflexionar sobre las cosas pequeñas. Lo digo por qué a mí ya me pareció que me iban un poco grandes, pero como detesto cordialmente probarme la ropa en estos lugares, nos los hemos llevado sin probarlos.
Una vez en casa, después de la ducha he comprobado que la primera impresión era la buena, los vaqueros me iban un poco grandes, nada que no arregle un cinturón, que poco o mucho la ropa en lavarla encoge. Me iban quizás un poco largos, muy poco, y aquí es donde empieza o mejor dicho, continúa mi reflexión:
Acortar y estrechar los 2 pantalones, hoy en día, me costaría más que los pantalones (lo sé por alguna experiencia vivida con la chica detrás casa que hace remiendos).
Acortar y estrechar los 2 pantalones 20 años atrás me habría costado muy poco dinero y los pantalones sin estar de oferta, la mitad.
Acortar y estrechar los 2 pantalones 60 años atrás no me habría costado ni cinco, en todas las casas, o en la mayoría había una SINGER (máquina de coser) que alguna madre o abuela hacían ir como si nada. Lo que no sé, es cuando costaban 60 años atrás unos vaqueros, no demasiado, diría, si lo comparamos con hoy.
Los primeros los tuve con 12 años, lo recuerdo por qué los llevábamos a la playa a mojarlos y dejarlos secar al sol para que envejecieran, lo que luego se dió en decir: lavados a la piedra, que en esta épocae éramos pobres, pero adelantados a los tiempos, pues también los acabábamos llevando desgarrados, no por gusto, sino por la consecuencia propia del desgaste.
O sea que en el paso de la posguerra, hasta la recuperación de las libertades y entrar en el euro, hemos perdido, bueyes, cencerros y muchos sábanas de la colada, incluso las libertades recuperadas a raíz de la muerte del dictador. I fíjense ustedes como las frases hechas són de mal traducir de un idioma a otro, 'pedre bous i esquelles i llençols en cada bugada' són dos frases hechas en catalàn que en castellano pierden su sentido, de hecho és normal, los dialectos siempre pierden respecto al original.
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