La realidad supera siempre la ficción, mi padre un día atravesó un semáforo de peatones en rojo (tenía 92 años y prisa según él). Cuando me llamó desde su móvil sentado todavía en el suelo me dijo: Fransiscu, ¡he atropellado a un autobús! 

El cuento de Pere Calders, va de este palo ....

POR SI ALGUIEN ME ESCUCHA
Un día, sólo para probar qué pasaba, con un espíritu alocado de aventura, atravesé una calle con un semáforo en rojo. No se lo aconsejaría a nadie! No sólo me atropellaron dos vehículos al mismo tiempo, sino que tuve que aguantar unos insultos de aquellos que dejan toda la familia en entredicho. Ahora, con la lección aprendida, conduzco la silla de ruedas con un respeto absoluto a las reglas del tráfico.