PSICÓPATAS EN ORLY

Heitor Lourenço -

El problema de una sociedad psicópata es que algunos o bastantes de sus ciudadanos se comportan como psicópatas, quizá por qué están gobernados por psicópatas obsesionados en un temor irracional al mundo islámico yihadista, que aparte de dar lugar a situaciones absurdas como la que narraré a continuación, no evitan que las causas que motivan este temor sigan activas y no sean tan perceptibles como le ha pasado a un actor portugués, tal vez por qué el terror islámico yihadista no es tan sutil y si es tan irracional como el miedo que genera entre los occidentales, en el fondo son dos miedos diferentes e igual de nocivos, por qué ante todo lo que genera el terrorismo es el miedo y la ignorancia.

El actor portugués Heitor Lourenço, que protagoniza una conocida serie en la cadena pública portuguesa RTP, vivió esta semana un mal trago cuando fue detenido en un avión en el aeropuerto de Orly, en París, porque le confundieron con un yihadista. Al parecer, Lourenço, que practica el budismo, se puso a meditar antes de embarcar. Para ello sacó un cronómetro y en el móvil puso unas frases tibetanas que tenía que recitar. Posteriormente subió al avión y se dio cuenta de que todos los viajeros lo miraban. "Una pareja pensó que había estado leyendo pasajes del Corán", dijo Lourenço. Entonces, dos agentes de Policía llegaron al avión y se lo llevaron detenido. Lourenço pasó seis horas bajo custodia, hasta que pudo convencer a los gendarmes franceses de su inocencia. Éstos, llegaron a comprobar en Internet si en efecto el actor era budista.

Y como todo lo que sale en Internet es una verdad absoluta, los agentes de Policía franceses le creyeron y le soltaron, y he dicho soltar, porque en Francia como en España no hay libertad y por tanto no se puede decir le dejaron en libertad, dijéramos que le cambiaron una relativa libertad por otra similar. Y eso que en Francia aún no tienen la ley mordaza, aquí el Mossen ya le habría encarcelado, y ni siquiera habría necesidad de un testigo falso como en el caso del Raval, un caso que por cierto, ya en su momento algunas voces lúcidas dudaron de la versión oficial que llevó a once inocentes a prisión.