El mito de la Transición, aquel fenómeno "fundador" de la democracia, fue construido en los pasillos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, donde profesores como Ramón Cotarelo o José Álvarez Junco forjaron la leyenda de la 'Inmaculada Transición'.  No obstante, para Monedero hay una diferencia entre la Transición, escrita con letra capital, que pone de manifiesto la grandilocuencia del mito; y la transición, con minúscula, que pone en el suelo el proceso político que, a su parecer, realmente fue: "una mentira de familia que ocultaba un pasado poco heroico y ayudaba al país a sentirse mejor de lo que era".
La confusión en torno al concepto da una idea de la manipulación a la que están sometidos períodos clave en la historia de un país, algo que la Transición democrática pone en evidencia: "Cuando un país tiene especialistas de fuera que son los que te explican, mal vas; y en España siempre hemos tenido hispanistas", afirma Monedero. Otro ejemplo de este juego terminológico que rescata el profesor es el eslogan ideado por Manuel Fraga Iribarne, entonces ministro de Información y Turismo de la dictadura franquista, quien intentó vender a Europa que "Spain is different" gracias al sol y las playas; cuando en realidad lo que escondía era la realidad de "un país atrasado por culpa de una Iglesia católica, por culpa de una burguesía débil que siempre que tenían problemas con la clase obrera llamaban al Ejército". No obstante, para el politólogo madrileño el mensaje de Fraga esconde una verdad. Lejos de ser el buen tiempo, España se distinguía por algo que ha tratado de ocultarse bajo un manto de olvido mientras en otros lugares se vanagloriaban de ello: el espíritu antifascista.
Y por ùltimo, la transiciòn no fué más que la historia al revès, las víctimas perdonaron  a sus verdugos, cuyos hijos o nietos continúan mandando en este País por siglos de los siglos...