EL SOSPECHOSO HABITUAL


En el final  de “Casablanca” (atención: spoiler), después de que Rick mate a tiros al mayor Strasser, aparecen los gendarmes a las órdenes del capitán Renault, esa representación del cinismo con quepis, quien ha presenciado toda la escena, y que se dirige a sus hombres y les ordena: “Arresten a los sospechosos habituales”
Si, a día de hoy, en la prensa o en los partidos políticos, se plantease la cuestión de señalar al sospechoso habitual de cualquier trapacería, sin duda la Fiscalía sería el candidato idóneo. Es un ente abstracto, casi gaseoso, que muchos confunden con un bloque monolítico, le atribuyen una disciplinada obediencia propia del Ejército norcoreano, y les da igual que sea la del Supremo, que la adscrita a la Audiencia Nacional, que la de cualquier remoto partido judicial de provincias. Básicamente, porque suelen no distinguirlas. - Tte Kaffee. 

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