El escalofriante hecho ocurrió en Kuwait. Una mujer grabó el momento en que la trabajadora doméstica colgaba de la barandilla de un ventanal y le pedía auxilio. La dueña de casa sólo se limitó a registrar la tremenda secuencia. En el vídeo, se ve como una empleada doméstica cae desde el séptimo piso de un edificio de apartamentos en Sabah Al Salem, un barrio residencial de Kuwait. Lo escalofriante del caso es que la dueña de casa no la ayudó y sólo se limitó a filmar la secuencia.
La mujer sobrevivió a la fuerte caída pero sufrió múltiples fracturas. La abogada Fawzia Al Sabah anunció que presentará una denuncia contra la mujer por no prestar ningún tipo de asistencia a su empleada. Según algunas versiones, la empleada podría haber intentado suicidarse. Sin embargo, y aunque esto no justifica la actitud de la dueña de casa, las autoridades no confirmaron esta hipótesis.

The Guardian publicó hace unos días esta noticia que es un claro ejemplo del vacío de nuestra sociedad, de la indiferencia hacia el otro cuando tiene problemas graves, así lo analiza David Torres en Público: una trabajadora del hogar colgada de una ventana, pidiendo ayuda a gritos, y otra mujer, su jefa, que en vez de socorrerla, coge la cámara de vídeo, graba indiferente su desesperación y, cuando la mujer se suelta, se acerca hasta la ventana para no perderse el momento en que se estampa contra lo que parece ser un tejado metálico.

Pensamiento, palabra, obra y omisión

El pensamiento y la omisión están en primer plano; la palabra se certifica en la frase que dijo la buena señora mientras sostenía la cámara: "Dios, estás loca, vuelve aquí". Como si su empleada fuera Spiderwoman que hubiera salido a limpiar los ventanales con la ayuda de sus poderes arácnidos. La obra vino cuando la señora colgó el vídeo en youtube, a ver si conseguía un montón de aplausos con su versión del Coyote cayendo por un precipicio y coronado por una nubecilla de humo. Por pura chiripa, la mujer sólo se rompió un brazo.

Excepto el macabro detalle de filmar el accidente y colgar a la vista del público -un detalle que revela tanta estupidez como psicopatía-, la actitud de esta señora no es muy diferente de la de los europeos que cada día nos levantamos indiferentes ante un montón de cadáveres arrastrados por la marea de la guerra y ahogados en el Mediterráneo.