Durante los últimos días dos temas han acaparado la agenda política en los medios: la decisión de la Junta electoral central de retirar los lazos amarillos en los edificios públicos de Cataluña y las declaraciones de Santiago Abascal, sobre la libre tenencia de armas hechas a una revista de caza. Podría parecer que ninguno de los dos temas es suficientemente importante para acaparar toda esta atención, porque en ambos casos sabemos que no dejan de ser brindis al sol.
El tema de los lazos que Carrizosa lo apuntaba como una victoria de Ciudadanos, ha servido para dar aún más visibilidad a los lazos y a lo que representan, y también para tapar los escándalos de las primarias del partido naranja, y de paso para que Quim Torra continúe haciendo el ridículo y el pardillo, pero sin el interés de los medios que llegaron a relatar en directo la retirada de la pancarta de la plaza Sant Jaume, el tema se habría diluido en la nada, o sea que la importancia a los lazos, la han dado los medios, en un claro efecto MacGuffin. que resulta que los favorece, cada vez saldrán más y más lazos en cualquier sitio.
En cuanto a las armas del Sr. Abascal, al que tienen escondido para qué no desbarre demasiado, la noticia ha surgido por el interés de los medios en difundirlo, pues la revista de caza en la que hizo las declaraciones tiene el recorrido y el público que tiene. Un público por cierto, que ya lo está en la mayor parte de los casos de armado.
Estos dos hechos tan diferentes llevan a la conclusión de que el debate político no lo establecen los líderes políticos, y menos aún las inquietudes de los ciudadanos, esto forma parte de la competencia de los medios, lo que estos decidan de que se debe hablar y destacar en cada momento.
Con la política está sucediendo un poco como con las noticias periodísticas, las columnas de opinión o los programas de radio o televisivos. O llamas la atención diciendo alguna gilipollez y exagerando la noticia o nadie te hace caso, esto Antonio García Ferreras lo ha sabido interpretar a la perfección. El resultado es evidente, lo que más éxito tiene es la columna de opinión que la diga más grande, el programa de radio o televisión en el que se haga más teatro y exageración en la noticia política más peregrina o surrealista la mayoria de las veces. Y no sólo en política, Piqueras y sus 'ríos de lava' serian otro ejemplo de la degradación de la información, por cierto casi siempre en la información de desgracias o catástrofes con sirenas de fondo de ambulancias.
Por lo tanto, podemos llegar a la conclusión de que los medios escritos, orales o visuales, triunfan los insultadores, los zafios, los de ideas peregrinas y los más exacerbados, no los periodistas independientes y prudentes, que aún quedan y que a menudo son señalados, precisamente porque son independientes, que no independentistas. Si, en el fondo de eso se trata de distraer al personal como hacia Hitchcock con el efecto MacGuffin.
El tema de los lazos que Carrizosa lo apuntaba como una victoria de Ciudadanos, ha servido para dar aún más visibilidad a los lazos y a lo que representan, y también para tapar los escándalos de las primarias del partido naranja, y de paso para que Quim Torra continúe haciendo el ridículo y el pardillo, pero sin el interés de los medios que llegaron a relatar en directo la retirada de la pancarta de la plaza Sant Jaume, el tema se habría diluido en la nada, o sea que la importancia a los lazos, la han dado los medios, en un claro efecto MacGuffin. que resulta que los favorece, cada vez saldrán más y más lazos en cualquier sitio.
En cuanto a las armas del Sr. Abascal, al que tienen escondido para qué no desbarre demasiado, la noticia ha surgido por el interés de los medios en difundirlo, pues la revista de caza en la que hizo las declaraciones tiene el recorrido y el público que tiene. Un público por cierto, que ya lo está en la mayor parte de los casos de armado.
Estos dos hechos tan diferentes llevan a la conclusión de que el debate político no lo establecen los líderes políticos, y menos aún las inquietudes de los ciudadanos, esto forma parte de la competencia de los medios, lo que estos decidan de que se debe hablar y destacar en cada momento.
Con la política está sucediendo un poco como con las noticias periodísticas, las columnas de opinión o los programas de radio o televisivos. O llamas la atención diciendo alguna gilipollez y exagerando la noticia o nadie te hace caso, esto Antonio García Ferreras lo ha sabido interpretar a la perfección. El resultado es evidente, lo que más éxito tiene es la columna de opinión que la diga más grande, el programa de radio o televisión en el que se haga más teatro y exageración en la noticia política más peregrina o surrealista la mayoria de las veces. Y no sólo en política, Piqueras y sus 'ríos de lava' serian otro ejemplo de la degradación de la información, por cierto casi siempre en la información de desgracias o catástrofes con sirenas de fondo de ambulancias.
Por lo tanto, podemos llegar a la conclusión de que los medios escritos, orales o visuales, triunfan los insultadores, los zafios, los de ideas peregrinas y los más exacerbados, no los periodistas independientes y prudentes, que aún quedan y que a menudo son señalados, precisamente porque son independientes, que no independentistas. Si, en el fondo de eso se trata de distraer al personal como hacia Hitchcock con el efecto MacGuffin.
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