Cuando en el año 2004 George Bush se presentaba a la reelección como Presidente de los Estados Unidos, y ya habia empezado la invasió de Iraq un año antes, en un mitin declaró que tenia un plan para que el mundo fuera más seguro, y lo repitió otra vez en acabar con la vida de Saddam Hussein i derrocar su régimen,
El tiempo ha demostrado que no es así. 15 años más tarde, el mundo és mucho más inseguro. Hemos visto como se queman las calles de París, Barcelona, Hong Kong o Santiago de Chile noche si noche también. Los nuevos líderes mundiales son indigentes mentales que conducen a sus países al borde del precipicio cabalgando a lomos del deseo de afirmación nacional, portadores de ira, apóstoles de la división. En todas partes se imponen los discursos emocionales: el adversario se ha convertido en enemigo, la concesión es considerada un lujo imperdonable. Predominan el agravio y la agresión verbal. Y lo que es peor, en Catalunya, la violencia que antes era recibida como un insulto (som gent de pau) ahora es aceptada i legitimada como el único lenguaje políticamente eficaz y comprensible, y sus responsables tiene nombre y apellidos de todos conocidos.
Las elecciones generales, son una pesada losa que excita todavía más los ánimos. Ya nadie está en condiciones de afirmar que la sangre no llegará al río, e incluso hay quien desea ya ver muertos en la calle. Lo peor o más probable es que estas elecciones a pesar de la optimista encuesta del CIS, no resolverán nada y obligarán a replantearlo todo. Hay quien cree que, en el fondo de la conflictividad presente, encontraremos algun tipo de diálogo. Y hay quien cree o desea creer que así sea, que antes de hundirnos en el precipicio, los grandes partidos se verán obligados a detenerse y a pactar una salida.
Però el daño ya está hecho y la semilla de la violencia sembrada, una violència que ha sorprendido a todos, pero que se ha instalado en las calles y en el propio Parlamento, una violencia que no conducirá a nada bueno, gane quien gane las elecciones del 10-N. El mundo no es más seguro como predicaba Bush, y mucho me temo que menos lo será en el futuro.
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