En la España gris de la posguerra, los apagones, las restricciones de luz eran frecuentes, hasta que el dictador no empezó a construir pantanos y a modernizar la red eléctrica, la luz no llegaba cada dia a todas las casas. Como sucede con todas las cosas, uno se acaba acostumbrando, aunque ahora es más problemático en el sentido en que toda nuestra actividad diaria és electrificada. Igual habrá que hacer caso a Monsieur Macron y construir centrales nucleares, aunque viendo el ejemplo del pais vecino que llevan 20 años intentando poner en marcha la última Central Nuclear, la perspectiva no es muy Nevski que digamos. De hecho tienen bastantes más centrales España. Una España que sigue desaprovechando las energías más baratas como son el sol y el viento. Por qué?. Quizás porqué a eléctricas y gasísticas se les acabaria el negocio y no les interesa, sino no se entiende, aunque podrian reconvertirse, algo que en cierto modo ya estan empezando a hacer con las renovables.
Cinco, diez, hasta quince días sin electricidad. La posibilidad suena a broma. A imposible. A guion de una nueva serie de Netflix. Pero basta ver la campaña del Gobierno austríaco para que la contingencia cobre aire de verosimilitud. Después de meses de confinamiento, de un virus que ha puesto en jaque el planeta, de una recesión inesperada y de una cadena de calamidades naturales, ya todo parece posible. Aunque la campaña del Gobierno austriaco no es de ahora, es de hace un par de años y el tema del apagón va en sexto lugar en las recomendaciones a los ciudadanos. Como decia el otro dia una tertuliana en Rac1 se puede tener mucha información y no estar informado.
Los expertos aseguran que un país como España, con reservas de gas para 40 días, es muy difícil que se vea colapsado por un gran apagón. Así que olvidémonos del camping gas. Nada de velas ni linternas, el móvil no se quedará sin batería. ¡Y las redes sociales permanecerán! Con los exhibicionismos de este o aquella. Con los insultos a granel, los vómitos de sectarismo y el torrente interminable de 'fake news'. ¿Quince días sin periodistas ni políticos retroalimentándose en Twitter? Imposible, dicen los expertos. Quizás seria bueno, algo parecido a la felicidad de las cosas sencillas de la vida que hemos olvidado de disfrutar. En medio de un apagón volveríamos a escribir o dibujar a mano, leer; hablaríamos más con nuestra pareja o amigos, nos desintoxicaríamos de tanta banalidad desinformativa, respiraríamos. Aunque los expertos nos dicen que estemos tranquilos, yo creo que mejor seria que estemos preparados, de hecho velas y linternas ya tengo, me faltaria un camping gas, pero prefiero correr el riesgo, que la vida es eso, un riesgo continuo en el que su intensidad depende del grado de adocenamiento en el que estemos inmersos.
Las calamidades a veces las provocamos desde dentro nosotros mismos con esa actitud alarmista y catastrofista que muchos propagan, en especial esos medios informativos que viven del sensacionalismo y del miedo ajeno.
ResponderEliminarUn saludo.
Es la síndrome del papel higiénico, recordemos como se empezó a acaparar papel de vàter sin ningun motivo aparente al inicio de la pandemia.
EliminarSalut