DE ESTRELLAS Y ESTRELLADOS


Los hechos ocurrieron en una oficina bancaria ocupada, una de las tantas que hay en Barcelona y en otras ciudades, Una pareja de migrantes, pakistaní él y rumana ella, con dos hijos, un niño de tres años y un bebé de 9 meses, la pareja malvivía de recoger chatarra y tenían cierta ayuda social del Ayuntamiento. Un incendio en plena noche causó la muerte a los cuatro por inhalación de humo, pero lo que realmente les mató es la injusticia social que sufrían, la injusticia de un sistema que niega a las personas sin techo el acceso a un trabajo digno, a una vivienda digna como contempla la constitución Española, un lujo inalcanzable a unos precios para ellos de ciencia ficción. Explicaban hoy que en Barcelona hay 635 familias pendientes de una vivienda social que ya han aprobado el Ayuntamiento y la Generalitat, pero que no disponen de estas viviendas, que están ahí, pero no las pueden controlar.
Esta tragedia pasó en la Plaza de Tetuán, no al extrarradio de cualquier ciudad, mientras a poco más de un kilómetro despegaba la estrella de Gaudí que debía coronar la hasta ahora más alta torre del pastel infumable, de lo que habia de ser un templo expiatorio. Cientos de leds iluminarán la noche, por una estrella que dicen ha costado 1,5 millones de euros, una estrella que no podrá iluminar los rincones ocultos de la ciudad, los rincones oscuros de nuestra conciencia. La muerte de estas cuatro personas se pretende que fue un accidente, y si, fue un accidente, un accidente que podía haberse evitado, en dos años que hacía que tenía constancia, el Ayuntamiento podía haber hecho algo más de lo que ha hecho, al menos con los dos menores. Unos cuelgan estrellas carísimas y otros nacen estrellados y mueren ante nuestra indiferencia.

1 comentario:

  1. La miseria de los demás no interesa. No debe producir réditos electorales. Mejor gastarlo todo en luces y artificio, que eso siempre dio resultado.
    Un saludo.

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