EL PAPELÓN DE LA PRENSA DE PAPEL

Excusatio non petita, sería el título adecuado de este artículo, o quizás no del todo, lo ha escrito Susana Quadrado ante la queja de un lector de la vanguardia que le reprocha que se haya subido el diario, de 20 cts. Susana en su artículo intenta justificar el porqué no sólo del aumento, sino también del del hecho de que todavía se editen diarios en papel. En principio no tiene demasiado sentido a día de hoy un diario en papel. Cuando voy a comprarlo por la mañana, ya me he leído tres o cuatro digitales entre ellos la Vanguardia, pero a la hora de desayunar prefiero leer el periódico de papel, supongo que es una costumbre heredada de mi padre. Hasta hace poco los digitales eran gratuitos, pero cada vez más empiezan a pedir suscripción para poder leer los artículos de opinión. En la Vanguardia pago 5.99e€ cada más para poder leer todos los artículos, y en cuanto elPeriódico no es necesario, he encontrado la manera de leerlos aunque estén protegidos, aparte de que lo tengo en papel todos los días, pues a mi mujer le gusta leerlo. Pero esa pequeña contribución no es suficiente. Si el dato que he encontrado es correcto, el Grupo Godo tiene 1.044 trabajadores, lo que no sé se cuántos trabajan para la vanguardia y cuántos para Rac1, pero de lo que estoy seguro es que con la mitad del personal podrían hacer el mismo trabajo, y esto es aplicable a cualquier gran diario del país. El digital el diario.es es un ejemplo con 111 trabajadores, mientras que el país tiene 412, y ABC tiene 256.
Otro problema es que la gente joven ya no se informa a través de los periódicos, ni de papel ni digitales, toda su gestión es a través del móvil y por tanto de las redes, lo que significa que día a día irá bajando el consumo de periódicos tanto en papel como los digitales, a medida que los boomers dejen de consumirlos. Son los boomer pues, la última esperanza para la supervivencia de los periódicos, aspecto aplicable en cierto modo a la supervivencia de las televisiones, de las grandes cadenas de televisión. Unos y otros deben reinventarse si quieren sobrevivir a los cambios que cada vez se producen más rápido. Ojalá equivoque.
Os dejo el artículo de Susana Quadrado, pues si no está suscritos a Vanguardia no lo podéis leer...

EL PAPEL DE LA PRENSA

Lo que nos obliga a avanzar en la lectura de un diario impreso es, a menudo, la curiosidad de saber lo que vendrá en la página siguiente. A veces no ocurre nada, ni en la siguiente, ni en la otra, pero el ánimo del lector no decae. Pasa un poco como cuando llegas a una ciudad, dejas la maleta en el hotel y sales a recorrer las calles: quizás alcanzas la avenida principal y ni fu ni fa, exploras, sigues y entonces siempre se abren a derecha y izquierda callejones que te interesan, te seducen.
Hoy esta periodista escribe para reivindicar los periódicos en papel, no tanto porque he sucumbido a la nostalgia sino porque hay quien se ha dirigido a mi preguntándome por qué ahora La Vanguardia, en su versión impresa, cuesta un poquito más. Y solo se me ha ocurrido responder lo obvio. Que el buen periodismo se paga, en cualquier formato. Que en papel resulta más caro de hacer, de producir y de distribuir. Que parece que se nos ha olvidado que es un producto intelectual de primer orden, irrepetible. El negocio de la celulosa está inmerso en una convulsión negativa desde hace un par de décadas por los cambios sociales derivados de la digitalización, el desplome de la lectura entre algunas generaciones, la caída de los ingresos en publicidad o la competencia (si es que puede llamarse así) de las redes que escupen contenidos sin contrastar y un montón de frivolidades para audiencias que se conforman con eso.
Con todo y pese a los augurios en forma de fecha de liquidación, todavía hoy, cada mañana, sigue saliendo el diario en papel compartiendo el ecosistema social con un boyante diario digital, sin duda el futuro. No se trata de un milagro sino de un acto de perseverancia de toda una redacción y de un grupo editorial que todavía aspira a aportar su talento a la conversación pública. Se lo debemos a toda esa gente para los que el diario impreso sigue siendo una brújula imprescindible para callejear cada día por el mundo sin perder el norte. Un diario del siglo XXI, no del siglo XX.
Y sí, querido lector, habrá que pagar por leer­. A cambio, los periodistas deberemos descubrir y publicar cosas interesantes, pe­lear el presente para hacerse con un pedacito de futuro.

1 comentario:

  1. Mucha gente se desengancha de los medios, tanto impresos como digitales, debido al sensacionalismo y a las medias verdades que utilizan.
    Un saludo.

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