LA FACTURA DE LA FRACTURA


El culebrón del Catalangate ha dado un imprevisto giro de guion. El Gobierno, por boca de Bolaños, anunció ayer que Pedro Sánchez y Margarita Robles han sido espiados por el software de NSO. Este software que, en teoría, sólo pueden comprar los gobiernos. El caso da para mil disquisiciones. ¿El 'Moncloagate' aplasta, diluye o acaba con el 'Catalangate'?

¿Quién ha espiado a quien? ¿Un Estado extranjero, o el alcantarillado propio? Fueron detectados los ataques de forma inmediata, o se han enterado como dice Bolaños antes de ayer. Hasta qué punto el paripé de ayer no es más que una cortina de humo para tapar el Catalangate, aunque suene a excusatio non petita para evitar la acusatio manifesta.

Las derivadas políticas se intuyen profundas, alguna cabeza rodará y poco o nada se aclarará. A nivel personal el aparato que llevamos encima en el día a día, cada vez nos deja más indefensos ante cualquiera que pretenda curiosear nuestras pequeñas miserias, creando una fractura en nuestra intimidad; y lo fácil que les ponemos, diciendo si a todo lo que nos piden para acceder a cualquier aplicación; y además a final de mes debemos pagar la factura de la fractura.

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