SOSPECHOSOS HABITUALES



Los audios publicados por El País y por Elmon.cat estas últimas semanas revelan una manera de actuar despreciable por parte de la antigua cúpula del PP. A saber: de abajo hacia arriba: Villarejo, Pino, Francisco Martínez, Jorge Fernández Díaz y María Dolores de Cospedal. No ha habido señor X más fácil de reconocer en toda la historia que Mariano Rajoy, que, como siempre, pasaba por ahí. Hay más gente, pero esos eran el tronco, y los demás, ramificaciones.

Los patéticos audios confirman que el ministerio de Fernández Díaz era la cantina de Torrente gobernados por un ministro capaz de mentir y de cometer actos policiales impuros pidiendo cada cuarto de hora disculpas a Dios.

Se inventaron informes económicos de rivales políticos (los casos de Xavier Trias y Artur Mas, los más evidentes), chantajearon a la BPA, la Banca Privada de Andorra (“o nos dais los datos u os cerramos el ne­gocio”), metieron a través de la inclasificable Alicia Sánchez-Camacho a nombres como los de Jaume Giró, José Antich, Josep Antoni Duran i Lleida o Enrique Lacalle en un alioli desesperante de independentistas, agentes dobles o amigos de amigos que podían ser amigos de sus enemigos... Utilizaron a los jueces como coartada, a la Fiscalía que lo afina, a Pegasus como sistema de espionaje...

Para atacar al independentismo se usaron las armas más indignas que un país puede aceptar: falsedades, invenciones y humillaciones. Contra el independentismo (la mitad de Catalunya democráticamente hablando) ha valido todo, incluso pisotear a quien está en el suelo sangrando. Pero lo peor es que no fue un “todo por la patria” (que se podría entender sin actuaciones tan chusqueras), los audios de Sánchez- Camacho confirman que era un “todo por salvarse... ellos”.

Lo más notable es que no pasa nada: la Fiscalía no actúa, Fernández Díaz, mártir de vocación, sigue insistiendo en que no mintió, Sánchez-Camacho se sienta en el Senado y Rajoy y Cospedal driblarán la justicia andorrana. Era un gobierno que manejaba las instituciones del Estado en su propio interés con el peor presidente conocido. 

Que nadie se preocupe por un lado ni se haga ilusiones por el otro , no pasará nada. Fíjense en este CEIP de Barberà del Valles: M.Marti i Pol. No sabemos quien era M.Marti, de la misma manera que la justicia no ha sido capaz de saber quien es M.Rajoy en los papeles de Bárcenas, ambos como mucho no pasan de ser sospechosos habituales ajenos a la justicia divina y humana. Como dice Jordi Basté Al paso que vamos, la España de Mariano Rajoy no va a tener historia, va a tener antecedentes penales.


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