¿Cuántas veces un extranjero que visita nuestra ciudad por primera vez nos ha descubierto algo en lo que nunca nos habíamos fijado antes? ¿Por qué somos inmunes a los detalles de la calle en la que vivimos si pasamos por allí, día tras día, miles de veces? Esto es lo que nos puede ofrecer una literatura de la periferia. Una literatura que narra los márgenes, sin resignarse a la marginalidad. Es evidente que narrar la periferia tiene sus tentaciones, tentaciones que deberíamos evitar si no queremos caer en la grosera caricatura... Este fragmento corresponde a un extenso artículo de Albert LLadó en la vanguardia, (Las ciudades invisibles). Lladó habla de Goytisolo, de Pérez Andujar entre otros, y, de Paco Candel. Candel el hombre bueno, sencillo, de barrio, que nos dejó un 23 de novembre de 2007.
"Paco Candel nos ha ayudado a entender la historia de Cataluña, y de España, desde un rincón pobre y promiscuo de Barcelona, el barrio de Can Tunis, al otro lado de las faldas de Montjuïc. Desde 'una ciudad invisible' Desde Donde la ciudad cambia su nombre, la novela que publicó en 1957.
Para entender quién es Paco Candel es interesante acudir a sus diarios, titulados El gran dolor del Mundo, que sirven para recordar nombres y hechos, y que se convierten en un observatorio permanente de su entorno. Su primera anotación, a los dieciocho años, es por dejar escrito que su madre ha muerto. La ausencia es el primer motor creativo de Candel, al igual que lo es para Goytisolo, que pierde a su madre cuando es muy pequeño, durante un bombardeo en la Guerra Civil.
Los Candel llegaron a Barcelona, desde Valencia, para vivir en las Casas Baratas, y después se llamó el barrio de Eduardo Aunós, en la Zona Franca. En toda periferia literaria hay fábricas y cemento, pero también una naturaleza que, en medio de los procesos urbanísticos, quiere escapar de un progreso deshumanizado. Candel retrata este ambiente en Donde la ciudad cambia su número. Él y su familia pasan a habitar la portería de la parroquia de Nuestra Señora de Puerto. La madre se encarga de la limpieza de la iglesia, mientras su padre ayuda al sacerdote. Tienen un patio con una higuera, un huerto y un gallinero. Pronto el progreso, la remodelación del barrio termina con las acacias del paseo, que se construye con materiales baratos. El joven escritor sufre esa transformación como un dolor casi físico, individual y colectivo. Y es necesario hacer un mapa de esta ausencia. De los rituales sociales que están a punto de desaparecer.
Candel cartografía, desde la novela, una ciudad que era invisible para la literatura y la política institucional. La periferia es un universo propio -por eso es universal-, como un universo propio -y universal- es el Macondo de Gabriel García Márquez. En el primer Francisco Candel emerge la voluntad de cartografiar una ciudad invisible para la literatura y la política institucional. Por eso, en el libro incluye mapas y esbozos del espacio. Hace geografía a través de la novela. El autor, que poco después será reconocido por el libro Los otros catalanes, intenta narrar una comunidad –con sus particularidades– que no sea vista como una simple masa de individuos fácilmente domesticables."
Quien no haya leído Los otros catalanes, Donde la ciudad cambia su nombre o Han matado a un hombre han roto un paisaje, debería hacerlo enseguida, entre otras razones porque así podrá evitar que Paco Candel caiga en el olvido. En 2025 se celebrará el 100 aniversario de su nacimiento, habría que ir pensando en algún tipo de homenaje. Se lo merece.
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