EL AÑO DEL ACABOSE



El año que acabamos de empezar se presenta convulso de entrada. Tendremos elecciones municipales, autonómicas en las comunidades no históricas y generales. O lo que es lo mismo, el apocalipsis, el acabose, el fin del mundo, que afortunadamente no será a partir de ahora mismo, pero ya os podéis ir preparando para escuchar durante meses la cantinela que da sentido formal a la democracia. Los grandes rasgos del guión ya están escritos. La derecha tiene tres llaves para remachar. La desintegración de España por culpa del felón de Pedro Sánchez; las dificultades económicas de las clases medias y populares en caso de que la realidad, o la narrativa, acaben confirmando escenarios aún peores que el presente, y la agenda social, esta más propicia para Vox que para el PP. Puesto que los populares siempre deben vigilar su flanco más liberal, que comparte con la izquierda y aunque sea sin que la agenda abortista, eutanásica o del género a la carta, por poner algunos ejemplos, haga ruido.

La izquierda, por su parte, lo confiará todo al papu que está por venir si se gira la tortilla: recorte de derechos sociales y un enfoque para hacer frente a las turbulencias económicas que centrifuga los costes en los más desfavorecidos por poner fuera de peligro los ricos. De Catalunya, poco hay que esperar al flanco zurdo en el 2023. En todo caso, el recordatorio permanente de que las cosas son mejores que en el 2017. El proceso no ha terminado, como interesadamente afirma Pedro Sánchez e intuye perfectamente a la derecha; solo que conviene ponerlo en el congelador en tiempo electoral y con más motivo tras las últimas cesiones del PSOE para solucionar penas personales con la reforma del Código Penal. ERC, que se ha convertido en un partido paciente hasta nuevo aviso, se replegará en Catalunya y en la conversación entre catalanes que Aragonès dice que ahora quiere impulsar.

Pero la realidad es terca. Recordemos también los augures del verano pasado, que anticiparon una recesión inevitable para este otoño y este invierno. Lo cierto es que nuestra economía cerrará el año creciente al 4,7%, el desempleo está en un 13% y la inflación se modera desde hace semanas. España sorteará la recesión en 2023 y liderará el ritmo de crecimiento entre las economías desarrolladas, después de hacerlo ya en 2022. La previsión más optimista, la del Gobierno, apunta a un incremento de la actividad del 2,1% el próximo año. Esta tasa cuadruplicaría la del conjunto de la eurozona en un contexto de elevada incertidumbre por la invasión rusa de Ucrania. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, llegó a decir hace tres semanas que España estaba "a punto del precipicio", aunque no aportó cifras que soportaran sus argumentos.

Éste es el problema del Pp, su perpetua deslealtad institucional, no sólo en el bloqueo de la renovación del CGPJ, sino en su constante y perverso catastrofismo, confundiendo sus deseos con la realidad, la tozuda realidad.

Estaremos pues atentos a cómo se desarrolla este 2023, aburridos no lo vas a estar, veremos cómo desaparece C,s, como juntsxcat se suicida lentamente, Sube el PSC y aguanta ERC; mientras el Pp sigue igual y VOX casi desaparece...., a nivel de Ctalunya. En España (mejor dicho, en Madrid) la cosa será diferente, eso son historias para no dormir. Feliz año 2023 (o No!), que diría M.Rajoy.


Con información de cosecha propia, infolibre, eldiario.es y la vanguardia.

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