Ortega Smith lanza una botella de agua a un concejal de Más Madrid durante un pleno - Màrius Carol en la vanguardia.com.

Fernando de los Ríos, una de las figuras más relevantes del pensamiento socialista español, que fue ministro de Justicia, Instrucción Pública y Estado durante la II República, decía a los exaltados de su tiempo: “En España, lo único pendiente es la revolución del respeto”. La verdad es que casi un siglo después estas palabras siguen vigentes, con la desventaja de que las redes sociales han hecho del insulto y la mentira la forma más común de relacionarse. Y lo cierto es que el mundo de la política, como vemos a diario, está siendo víctima de este tsunami de improperios y de gestos irritantes.

A las puertas de la Navidad, acabamos de ver cómo Javier Ortega Smith, el portavoz de Vox en Madrid, que además es diputado en el Congreso, se encaró con el concejal de Más Madrid, Eduardo Fernández Rubiño, tras su intervención en el escaño. Y acercándose a su bancada, le dio un golpe a una botella de agua que le impactó en el rostro. Tras el pleno, Smith advirtió que no iba a dimitir, “ni a dejar de denunciar a la izquierda que se ha echado al monte y a esa derecha acobardada que no sabe cómo ponerse de rodillas”. Y se mofó del concejal sobre el que había impactado el botellín, ironizando que esperaba que el agredido se recuperara de sus graves lesiones.

“Cuando sobran insultos faltan ideas” es la mejor frase del libro de Pedro Sánchez

En todo caso, este hecho desgraciado es el más reciente, pero cuando se batieron todos los riesgos fue en “el furioso Noviembre Nacional”, según definición de Enric Juliana, que no solo sirvió para movilizar la derecha madrileña, sino también para dar rienda suelta a las palabras más soeces en público. Nadie antes había llamado “hijo de p” a un candidato a la presidencia del Gobierno, como hizo Isabel Díaz Ayuso desde la tribuna del Congreso, ni había hecho una referencia a la salud mental del presidente, como se le escuchó a Alberto Núñez Feijóo en Antena 3, tras el debate de investidura.

Estas fiestas de paz y felicidad deberían servir para reflexionar hacía dónde se quiere llevar a la política en este país. El Eurobarómetro demuestra que el 90% de los ciudadanos recela de sus políticos por el fondo y la forma. Me quedo con una frase de Sánchez en Tierra firme : “Cuando sobran insultos faltan ideas”. Y eso vale para todos.