SORDO, LOS ODIOSOS SIETE Y EL PAN BIMBO

El pan Bimbo fue creado en México por descendientes de catalanes, llegó a nuestro país en momentos de escaseces en los supermercados y de contadas modernidades en la vida cotidiana. El pan de molde del oso con delantal, servido en una funda de plástico, iba acompañado de una publicidad que los calificaba como “los frescos del barrio”, porque se distribuían a diario en los puntos de venta. Sesenta años después, al despertarnos, el plantígrado sigue ahí y en las últimas horas ha protagonizado un enfrentamiento involuntario entre Unai Sordo, el secretario general de CC.OO., y Carles Puigdemont, presidente de Junts. Todo empezó en la presentación del congreso del sindicato, cuando su líder dijo de los posconvergentes que “son más inútiles que la última tostada del pan Bimbo”. El motivo: la oposición de Junts a la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas sin rebaja salarial, el día después de aprobarse en Consejo de Ministros. El anteproyecto deberá obtener mayoría en el Congreso, donde sus votos serán decisivos.

Puigdemont contestó a través de X con la misma ironía. Así que decidió exprimir la metáfora para responderle, avisándole de que su referencia es una manera extraña de defender a los trabajadores de Bimbo, además de ser poco respetuosa con las familias trabajadoras que aprovechan hasta la última rebanada. Pero lo más sutil fue que el líder de Junts le sugiriera a Sordo seis recetas para aprovechar la tostada final, como su uso en sopas, su manipulación para obtener pan rallado o picatostes y para convertirla en una tostada dulce. E incluso para utilizarla como base de canapés y de minipizzas. De paso, le recordó que es una manera sabia de reciclar y de no desperdiciar alimentos.

Anécdotas aparte, no deja de ser curioso que el Señor Sordo diga que Junts intenta destacar porque no pintan nada en el panorama político español. Joé, si llevan al Psoe por la calle de la amargura en toda la legislatura, marcándole los tiempos y amargándoselos. Entiendo que el señor Sordo, que si que no pinta nada al ser un simple sindicalista simple, asociado del Gobierno, le moleste el comportamiento de Juntsxcat, que creo compartiría casi todo el mundo, incluso algunos de los miembros del partido de Puigdemont. Juntsxcat Son los odiosos 7 Tarantinianos,  8 si le sumamos a Puigdemont, y así cuadran los números con la película. Y eso que se les han acabado casi todas las vidas, pero mientras tanto, siguen tocando los cojones y los ovarios del Gobierno, que en eso de tocar también hay que ser paritario.

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