Un partido de ocho meses de antigüedad puede alterar el mapa político español de las últimas cuatro décadas. Si se celebraran ahora elecciones generales, Podemos se pondría en cabeza con un 27% de los votos, a 1,5 puntos del PSOE y a 7 puntos del PP, cuya intención de voto se desploma a un 20%.
Este es el resultado que arroja la encuesta de Metroscopia para EL PAÍS, realizada durante la semana negra de la corrupción. El sondeo es una instantánea del estado de ánimo ciudadano más que una predicción del voto. La mayoría de los encuestados, de hecho, considera que Podemos no tiene ideas claras sobre cómo superar la crisis económica, y que sus propuestas no son realistas y ni siquiera consideran que sea el único partido en el que se pueda confiar.
Todo esto sucede gracias a la ineficiencia de Pp i PSoE, unido al aumento de la corrupción, nada nuevo bajo el sol, sólo que parece que ahora se airea mas los trapos sucios.
Algo parecido pasó en Italia hace 20 años, cuando la Tangentópoli, y la casi desaparicion de partidos consolidados como la Democracia cristiana o los socialistas del PSI y ¿cual fue el resultado?: apareció el Populismo de Berlusconi y Italia està donde estaba a día de hoy, o quizás peor. Cuidado pues con votar alegremente a Podemos sólo como acto de protesta o castigo a los dos partidos tradicionales, el remedio puede ser peor que la enfermedad.