Mi padre siempre me está dando la lata diciéndome que se tiene que respetar a la gente mayor. No estoy de acuerdo, porque se tiene que respetar a todo el mundo que sea digno de serlo, y no por el solo hecho de la edad. De hecho la experiencia de la gente mayor consiste en una reiterada acumulación de errores no admitidos, en balde pues hacerles caso, aunque necesitan ser escuchados y hay que hacerlo, aunque no nos sirva para nada importante, ¿Sin embargo?
Y es que cuando yo sea más mayor espero no comportarme como un viejo, o eso pienso ahora. Después..., después supongo que haré como todo el mundo, aunque quiero decir en descargo de la gente mayor, que el comportamiento anómalo que los acompaña a partir de una cierta edad no es en absoluto culpa suya, pués sospecho que la naturaleza adecua el grado del pensamiento a la edad para hacer más soportable el hecho irremediable de la decadencia física, acompañandolo también de la psíquica. Y es que de no ser así, envejecer plenamente consciente, seria terrible.
La muerte siempre la he tenido muy presente, no de una manera obsesiva pero si persistente, y recuerdo unas palabras que escribí vanamente, como si se pudiera escoger cómo, cuándo y de qué manera uno se quiere morir..
"Me gustaría mucho estar plenamente consciente en el momento de mi muerte, creo que es un derecho despedirte de los tuyos y hacerlo también de ti mismo, pues sabes que no te volverás a encontrar nunca más, y que al cerrar los ojos por última vez, te sentirás envuelto por la oscuridad y una sensación de angustia infinita".
Decía Joan Vinyoli al final de un poema, "la muerte es puramente un cambio más", y es así, pero es el ùltimo y definitivo, para siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario