BLOG DE FRANCESC PUIGCARBÓ - ÚLTIMOS ESCRITOS

¿HABLEMOS?, EL DIÁLOGO IMPOSIBLE.

Estaba mi padre, el Santiago, bastante cabreado ayer por la mañana, la mayoría de las teles daban las imágenes (por cierto impactantes) de la retransmisión de TV3 (la suya) de la Sagrada Familia a raíz de la visita del Papa Benedicto XVI a Barcelona. A pesar de haber la mitad de los fieles o simpatizantes esperados, todo ello salió bastante bien. Los servicios secretos no perdieron más papeles, el tiempo se comportó, el papamóvil demostró que se puede circular impunemente y legalmente a más de cincuenta por hora por el centro de la ciudad y el Papa y acompañantes de mitra en blanco quedaban muy bién sin llegar a la ampulosidad de otras ocasiones.

Los sacerdotes con las manos cruzadas sobre el pecho a pesar de los nervios no perdieron las formas, mientras los que estaban sentados en las sillas del entorno saludaban a la cámara cuando los enfocaba como si de un partido de fútbol o tenis se tratara. Todo fue pues muy bonito, la Sagrada Familia es ya una Basílica y pusieron Barcelona y Cataluña (dicen) en el mapa de las noticias de todo el mundo.

Zapatero al volver del Afganistan se entrevistó con el Papa y dicen le recordó que España es un estado laico, aunque quizá le había de'haver dicho (ma o meno)  que de hecho lo que es, es un Estado Ligth, o descafeinado bajo en calorías.

Todo resultó pues muy bonito, pero, ¡ay! siempre hay un pero. El Santo Padre el día antes de llegar a Santiago, tildó al laicismo actual de agresivo hacia la Iglesia, y ayer hizo una cerrada defensa de la familia y de la unidad de los pueblos de España, de su concepción de la familia y como no, condenó las parejas de gays, algunos de los cuales y cualas se besaban a su paso como nota folclórica de protesta anticipada.

Hoy, a Sonseñor - el mío no es - Rouco Varela le ha faltado tiempo para hacer suyas las palabras del Papa y sin inmutarse ha declarado que el laicismo actual tiene la misma agresividad que la que imperaba en la Segunda Guerra Mundial. Hay que ver como su admirado Goebbels le inspira.

Benedicto XVI después de despacharse a gusto con estas declaraciones pidió diálogo entre laicos y cristianos, y es curioso, dado que sus palabras desprenden ya agresividad señalando de entrada a un culpable, los laicos, en la línea de echar balones fuera y difamar a quien no piensa como ellos para distraer la atención sobre sus pecados y carencias.

Hablar de diálogo por parte de la Iglesia de Roma suena a chiste de los malos, pues precisamente el diálogo ha sido el gran ausente a lo largo de su historia, donde siempre lo que ha hecho es imponer sus ideas, ética y moral a todos los ciudadanos, sean creyentes o no. Podríamos hablar de muchas cosas sin ninguna confrontación, pero me imagino que ni le interesa ni le conviene al Vaticano, ni están acostumbrados. Ellos, a la suya, criminalizando a quienes no piensan como ellos y esparciendo su pobreza moral y ética por el mundo. De hecho, hasta ahora les ha ido bastante bien, y hay que reconocer que consecuentes si que lo son. ¿Porque tienen que cambiar?.

Reclama pues el Papa un diálogo entre sordos a una de las bandas que necesitará de la ayuda de una persona que transmita el lenguaje verbal de las manos, pero que difícilmente alcanzará su objetivo, cuando una de las partes que no es la laica , contempla y manipula la historia como un idiota lleno de ira y de furia, a pesar de su talante aparentemente beatífico y una sonrisa fariseica nada de fiar. Hay que recordar que las últimas que dialogaron fueron las Carmelitas de Compiègne en tiempos de la revolución Francesa y no les fue demasiado bien, pero eran otros tiempos de la República Francesa que ha evolucionado en todos estos años, y en cambio no tengo tan claro que lo mismo haya hecho la Iglesia de Roma. ¡Las carmelitas, si!, Por supuesto.
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