Y va y como cada año, sale en "prime time" el Borbón vividor, el que nunca ha movido un músculo de su duro rostro para currar, pues vive a costa nuestra, - muy bien por cierto -, y se permite la obscena licencia de opinar y decir que tenemos que hacer y que hay que hacer para solucinar todos los problemas que la plebe sufre, de hecho lee en el tele prompter lo que le han escrito. Obscena y hipócritamente se compadece de los que no tienen trabajo o techo y nos dice cómo les tenemos que ayudar, y el vago se queda tan ancho con su pontificación torpemente leída. 
Está hinchado el monarca, víctima del alcohol o de la cortisona. Los reyes sólo están en su sitio, exiliados o decapitados, y mejor la segunda versión, es más segura. ¡Feliz Navidad!