No se si existe Dios, pero si estoy convencido de que Alá o Mahoma velan por los ciudadanos y visitantes de Marrakech, dado que con la caótica conducción de todo tipo de vehículos por parte de sus conductores que pululan constantemente a derecha e izquierda, arriba o abajo, es un auténtico milagro que casi - salvo algunas excepciones - la cosa no acabe mal por alguna de las partes, básicamente los peatones que siempre suelen ser los más indefensos.
Hay una serie de recomendaciones a tener en cuenta sobre el tráfico rodado por parte del confiado peatón que llegue a Marrakech sin estar al corriente de cómo funciona algo tan sencillo con cruzar una calle por cualquiera de los supuestos pasos de peatones, algunos de los que hasta y todo tienen sus rayas blancas perfectamente pintadas, aunque hay que decirlo - y se dice - que es oportunamente puesto al corriente por parte del guía sólo subir al autocar que le llevará hasta su Hotel.
Precisamente el día de la llegada mientras íbamos hacia nuestro alojamiento nos explicó un chiste que define muy bien cómo funciona en Marrakech este asunto del tráfico:
"Un guardia Municipal detiene a un conductor que acaba de pasarse un semáforo en rojo:
- ¿No ha visto el semáforo en rojo? - Le increpa - mientras el resto de tráfico rodado aprovecha la ocasión para saltárselo también.
El conductor impasible le contesta:
- Claro que he visto el semáforo en rojo, a quien no he visto es usted. "
Creo que queda bastante claro de que va el asunto de la circulación rodada con este ejemplo. Los vehículos más habituales que debereis sortear en esta aventura que representa cruzar una calle medianamente transitada son diversos y se pueden encontrar aquí: Como muestra os cuento el trasunto del asunto de cómo y con quién encima circulan los velomotores:
Velomotores .-
Los velomotores (antiguamente denominados en nuestro país Mobilettes o Vespinos genéricamente) sin casco y con la luz apagada. pueden llevar entre una y cinco personas. Opcionalmente el casco en algún caso puede ir tapando la luz delantera, para que no se rompa el cristal - supongo -
En el caso de cuatro o muy excepcionalmente cinco ocupantes, suelen ir uno o dos de los miembros más pequeños delante sobre el depósito, a continuación el padre y conductor, enmedio la criatura más mayor y detrás de la madre con un voluminoso capazo. El padre - opcionalmente - puede llevar un cochecito plegado en su mano izquierda.
De hecho, las utilidades de los velomotores son variadas, los podréis ver con unos enormes capazos de más de un metro de diámetro donde suelen llevar el pan típico de Marrakech "Kesrá", menta a raudales, pollos, pescado, verdura o lo que sea necesario. Otros llevan siete u ocho cajas apiladas donde puede haber desde fruta hasta carne o pescado. Obviamente todo este tipo de transporte con su surtido de moscas incorporado.
La conducción de dichos velomotores es muy sencilla: gas a fondo, esquivar los obstáculos, no frenar y menos aún ceder el paso, ¡ah! y el dedo siempre a punto para pulsar la bocina. Y no les digáis nada a pesar de tener preferencia, pues os clavarán una buena bronca en francés o en árabe - esto depende -
de: Bienvenidos a Marrakech (en catalán)
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