Explicaba Serrat que sabía cuando iba a cagar un vecino suyo porque cantaba o tarareaba siempre la misma canción. Eran tiempos de patio de vecinos en los bloques de pisos donde todos se conocían. Y esto es lo que es Facebook, un enorme patio de vecinos con feria de las vanidades incluida. Ya he explicado en este mismo blog de que me apunté y dí de baja al cabo de una semana porqué no me aportaba nada y me distraía mucho de mis actividades. Antes, ya me había borrado del Messenger y ni se me ha ocurrido darme de alta en Twitter que me parece y así lo digo, una auténtica tontería para gente con poco trabajo. A mí que carajo me importa que alguien me explique su vida con 140 caracteres, para comentarme básicamente superficialidades sin importancia o banalidades del mismo calado.
A Twitter le han agrandado los medios, que le han elevado de lo que era hasta hace poco más de un par de años, un nuevo juguete para gente aburrida, a categoría de acontecimiento. Y se han apuntado políticos, artistas y personal en general, bajo un supuesto toque de modernidad, lo que antes se llamaba estar a la ultima. Están en su derecho, pero en el fondo Twitter no deja de ser una herramienta de banal superficialidad como lo es Facebook, y que más adelante serán sustituidos ambos por una nueva y más moderna herramienta.
En el fondo, tanto Twitter con Facebook, no dejan de ser una muestra más de una sociedad aburrida y banal, incapaz de manifestar una cierta coherencia y compromiso ante las realidades del día a día. Y no son tiempos, con la que está cayendo por perderse en medio futilidades de patio de vecinos. No sé cuando van a cagar mis vecinos, porque ya no cantan, y posiblemente sería bueno saberlo, de hecho muchos de ellos ni siquiera sé cómo se llaman, ni nos damos a menudo los buenos días en cruzarnos por la escalera, de apresurados que vamos unos y el otro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario