Unas cincuenta personas, de las 300 que han pasado la noche en la plaza de Catalunya de Barcelona, siguen esta mañana con voluntad de seguir en ella, en protesta por la crisis económica y la forma como los políticos y la banca abordan los problemas económicos que afectan a España. Hay tres mil en Madrid y la percepción es que el movimiento no ha hecho más que empezar y acabará extendiéndose como una mancha de aceite, o de gasolina, que se puede encender en cualquier momento si hay algún incidente, que de pirómanos no faltan. Esta protesta ha cogido en fuera de juego a los partidos políticos, que no sé si son conscientes de su magnitud. No hay que olvidar que estamos otra vez en el mes de mayo y que la gente ya ha perdido el miedo y va a por todas sin complejos. Se tendrá que ver y seguir atentamente, pero pueden pasar cosas. Ya hacía tiempo que Llach decía que era tiempo de revuelta. Pues bien, ya ha comenzado, lo que no sabemos a estas alturas es como acabará ni sus daños colaterales.