A la vista de los resultados electorales municipales y aunonómicos en la Comunidad Valenciana, con la victoria aplastante del PP, parece que los ciudadanos (el pueblo sabio) no dan demasiada importancia a la corrupción de los partidos o de sus representantes, dado tanto en un lugar como en el otro han ganado de manera abrumadora. Será que todos somos corruptos por naturaleza aunque a menor escala (que levante el brazo que no haya pedido nunca por algún "remiendo" una factura sin IVA). De hecho, en nuestra cultura la corrupción no penaliza, en cierto modo incluso diría que hay una clara condescedència, no exenta de un. . . ¡ay si yo pudiera!. Y es que sino no se entiende. Son raros estos valencianos. Más de lo que pensaba Joan Fuster..