En unas provocativas y desafortunadas declaraciones en Cannes, Lars Von Trier declaró que sentía simpatía por Adolf Hitler, y como era de esperar le ha caído el mundo, o una parte del mundo encima. No es igual manifestar simpatía por el demonio como los Stones plasmaron en una canción en su día sin que se acabara el mundo, e incluso la pieza sirvió como cierre de la película Entrevista con un vampiro, de la novela de Anne Rice, que manifestar simpatía por Adolf Hitler.
Diría, y creo que no voy demasiado equivocado, que alrededor de Hitler y el movimiento nazi, a pesar de su horror, sobrevuela una morbosa fascinación de mucha gente, en los que con matices me incluyo. No sabría explicar el porqué, pero existe, y quisiera recordar que el Partido de Adolf Hitler, logró el poder por un cúmulo de errores tras el incendio del Reischtag, del resto de dirigentes de partidos alemanes, a pesar de ser un partido pequeño y con escasa representación parlamentaria, con un mensaje xenófobo no demasiado lejano del que emplea un partido en Catalunya que ha conseguido varios concejales en las elecciones municipales del pasado domingo. La situación de crisis y de inmigración era similar en la Alemania pre-nazi que la actual aquí, y a la gente según qué mensaje en según qué circunstancias, les llega este con nitídez, como ocurrió en Alemania. Habrá que tenerlo muy en cuenta y estar atentos. Una cosa es la teorización intelectual sobre la figura de Hitler con los matices que queráis, y otra la consecución de un hito por el menosprecio o errores estratégicos de la mayoria, de un pequeño grupúsculo que puede hacer, como los nazis, mucho daño .
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