MANIFIESTO EN SOPORTE DE LA DIGNIDAD DE LA INDIGNACIÓN


Más de 250 artistas e intelectuales del ámbito universitario, artístico y cultural han defendido este sábado un manifiesto en que claman contra la que consideran una "criminalización mediática y política" del colectivo de los 'indignados', a raíz de los altercados del miércoles ante el Parlament.
El documento 'Contra la persecución y la criminalización de la democracia. En apoyo a la dignidad de la indignación', ha sido presentado por el urbanista Jordi Borja, la activista Gabriela Serra y el historiador Xavier Domènech, quien ha destacado que es el Govern quien ha traspasado las "líneas rojas" en su presentación de los presupuestos y de la ley ómnibus, por no constar en los programas electorales.

Este es el documento:

"Las protestas colectivas vividas a lo largo de estos últimos meses, encarnadas en el movimiento 15-M, las acampadas y las movilizaciones contra los recortes sociales, son una muestra del profundo malestar ante el peligro de ruptura social que estamos viviendo en estos momentos. En una sociedad donde la exclusión social, la precariedad, el paro y la pérdida de derechos son una realidad creciente, la política desarrollada desde nuestras instituciones ha desplazado el centro de atención de las medidas para crear empleo y proteger los más afectados por la crisis en el debate sobre el déficit público. Un debate preñado de un fuerte déficit democrático, impuesto desde instancias no democráticas y que pretende profundizar en un nuevo modelo de sociedad marcado por la falta de equidad y justicia social. En nuestro país, las dos herramientas más evidentes de este proceso son en estos momentos la Ley de Presupuestos y la Ley omnibus impulsadas por el gobierno de CiU. Dos leyes no refrendadas en ningún programa electoral ni por ningún proceso de negociación previo.

El malestar está en la base de la protesta social, la creatividad y la generosidad es lo que le ha dado forma y contenido, y la actuación pacífica propia de la desobediencia civil ha sido el signo de identidad más claro. La reacción frente a esta protesta por parte de medios y políticos se ha caracterizado primero por la sorpresa, en la medida en que no la entendían, después por la preocupación, en! A medida que los impugnaba, seguida por la represión más descarnada , en la medida que no la aceptaban, y ahora, finalmente, por la criminalización. Asistimos en este último sentido, a partir de unos incidentes totalmente condenables, a la estigmatización política de una protesta que ha señalado los principales problemas de nuestro país fuera de los consensos políticos y mediáticos imperantes. En la medida que las instituciones representativas obedecen los dictados hechos desde instituciones que la población no ha elegido (como el FMI, los mercados financieros y las agencias de rating), la democracia se vacía de contenido a ojos de una parte creciente de la población, en la medida en que las protestas sociales pacíficas reclaman un retorno a la soberanía de los ciudadanos y ciudadanas, estas protestas toman una clara dimensión de defensa de la democracia. No al revés.

Los firmantes de este manifiesto condenamos en este sentido la criminalización mediática y política que toma la parte por el todo y que se realiza desde la pretensión de transformación social más radical que ha vivido nuestro país desde el inicio de la democracia, así como saludamos la capacidad de respuesta que está mostrando una parte creciente de la población. Una criminalización que se convierte en discurso de amenaza contra ciudadanos pacíficos y contra aquel que, como Arcadi Oliveres los apoyan. La protesta y la rebelión han sido bases constitutivas de la conquista de nuestras libertades, su criminalización y persecución, sólo pueden ser el prólogo de su pérdida. "

El manifiesto lo firman más de 250 profesores universitarios, intelectuales y artistas, entre ellos, Josep Fontana, Paco Ibáñez, Jordi Borja, Xavier Domènech y un largo etc. que podréis ver detallado abajo el manifiesto.

Y es que de lo que quizás no se han dado cuenta los señores políticos, es que los principales enemigos de la democracia, el principal freno y su perversión ... son ellos.

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