Hoy he hablado con un hombre más o menos de mi edad, es fontanero y un buen fontanero, de aquellos manitas que lo arreglan casi todo. Hablábamos de unas cámaras que quiere poner un cliente suyo para vigilar la tienda y el personal, y no se como pero he acabado hablándole de Orwell, y obviamente, de Orwell he ido a parar a Huxley ya la saturación de información que recibimos diariamente. Albert, que así se llama el fontanero manitas, no tiene ni idea de quiénes eran Orwell o Huxley, y posiblemente no tiene porque saberlo, yo no sé cambiar un enchufe sin hacer algún disparate de los grandes o fundir los plomos. Pero cuando le he explicado el trabajo que hacía Winston Smith, el protagonista de 1984 en el Ministerio de la Verdad, ha entendido enseguida de qué palo iba 1984, y lo ha entendido rápido.
¿Quieres decir que esto ya no pasa ahora? me ha preguntado. Pues si - le dije - en cierto modo sí. Ya pasa. Tenía razón Orwell cuando decía que la verdad nos sería escondida como el trabajo que su protagonista desarrollaba en la novela, pero Huxley que ya daba por hecho esto, entendía que la verdad realmente se ahogaría en un alud de información imposible de digerir para los ciudadanos, que es lo que ya nos está pasando. La sobresaturación de información ahoga y diluye acceder a conocer la posible verdad de cualquier hecho. Además, esta saturación de información hace que una noticia sea sobrepasada en seguida por la siguiente y esta por otra más reciente hasta el punto que rozando el caos de saturación nos perdemos por mil senderos donde, teniendo toda la información la desconocemos prácticamente toda también, o dicho de otra manera. somos incapaces de digerir la misma. Curioso, que la calle donde está la casa donde nació Orwell esté vigilada con 27 cámaras de seguridad.
Hemos charlado un poco de todo esto y otras cosas con Albert de manera distendida, y es que Agosto, rebaja la cadencia del quehacer diario, y en el caso de este año no es por la calor canicular, simplemente en agosto, todo se ralentiza .... incluso la saturación de noticias, los periódicos han adelgazado tanto que parecen anoréxicos.
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