LONDRES AL HABLA: SE HA DECLARADO LA GUERRA



Los disturbios en Lloret de Mar de anteayer por la noche son un hecho puntual dentro de este turismo de borrachera que tienen en esta población y alguna otra de las localidades costeras del Mediterráneo, y nada tienen que ver con los que se han producido esta misma semana en varios barrios de Londres. Estos últimos son más que un hecho puntual además de ser mucho más graves y con un poso sólido que los ha provocado, más allá de la causa inicial de la muerte de un joven negro de 29 años por los disparos de la policía. Hay un comentario en la contraportada de 'el Periódico' de hoy de Bernat Gasulla que analiza los hechos y las causas de estos disturbios, que os dejo a continuación.

" ... Tras las últimas madrugadas de disturbios en diferentes barrios de Londres ha resultado demasiado difícil resistir la tentación de recordar uno de los máximos hitos del rock de los 80: London calling, de The Clash. Es algo casi inevitable para los que nacimos a mediados de los 60. Aquella canción ya hablaba -de manera desgarrada y rabiosa con la voz del malogrado Joe Strummer— de guerra callejera, de violencia, de marginación, del sistema opresivo que olvida, si no machaca, a los más desfavorecidos.

Es harto peligroso intentar teorizar sobre el origen de los disturbios y de la violencia en general, pero, arqueología musical al margen, London calling ya ponía sobre la mesa muchos de los factores que han conformado el polvorín social sobre el que se sustentan numerosos barrios de la capital británica.

Ha pasado mucho tiempo, pero hay quien podría pensar que el Reino Unido férreamente dirigido por Margaret Thatcher no tenía tantas diferencias con el país limado por los recortes de David Cameron. Donde antes había xenofobia pura y dura, ahora se produce el fracaso reconocido por todos de la mezcla de culturas y etnias del que antaño estaban tan orgullosos los londinenses. Donde antes había huelgas salvajes contra las reformas industriales de la Dama de Hierro, ahora los estudiantes claman contra el encarecimiento del sistema educativo.

Casi da igual saber cuál ha sido el detonante de la explosión. Lo realmente trascendente es reconocer y situar el explosivo, que se ha ido acumulando, como un sedimento de políticas sociales y económicas agresivas con capas importantes de la población. Ese sedimento explosivo no es exclusivo del Reino Unido. El antecedente más similar lo encontramos en el estallido social que se produjo en la banlieue parisina. Un incidente racial acabó siendo el catalizador de una reacción social de violencia inusitada. Otras muchas veces, el descontento no se expresa de manera violenta, pero sería muy arriesgado ignorarlo.

Como cantó Strummer: «Londres al habla. Se ha declarado la guerra».


SBD - 09/08/11

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