Vivir cada nuevo día como si fuera el ùltimo, a pesar de saber con certeza que habrá otro al día siguiente igual de monótono y pesado. Quizás porque sabedor del porvenir, lo que más molesta de mí mismo, es el hecho de que a pesar de tantos años acumulando errores, sigo insistiendo con una perseverancia loable. Y es que venimos de la nada y camino de la nada vamos, y en medio, nos aburrimos, empeñados en sobrevivir. Llevamos una multitud de años buscándole algún sentido a la vida, inventándonos dioses y paraísos eternos, cuando en realidad, la vida no tiene ningún de sentido, y nosotros perdidos como una aguja en este inmenso pajar, somos criaturas frágiles, muy frágiles. Carne de paso y poco más. Sólo tiene sentido la muerte como paso definitivo hacia la eternidad de la nada.
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