El famoso autor de ciencia ficción Ray Bradbury por fin acordó la publicación de su obra, quizás, la más popular, 451º Fahrenheit, en formato de libro electrónico. 
Anteriormente rechazó en varias ocasiones la propuesta, ya que tiene una actitud muy crítica hacia libros electrónicos, así como hacia muchos ingenios electrónicos contemporáneos, como la televisión o Internet.
Ray Bradbury
El legendario escritor opina que distraen a la gente de la realidad. Bradbury añade que el hombre tiene demasiados teléfonos móviles, demasiado Internet y hasta declara que “tiene que librarse de estas máquinas”. Sin embargo, como explicó su agente, al fin tuvo que dar su brazo a torcer, ya que los derechos de autor del libro iban a acabarse en un corto plazo y ya que, aunque al mismo tiempo 8 editoriales le ofrecían firmar el contrato para la obra, ninguna de ellas estaba lista a hacerlo sin los derechos para publicarla como libro electrónico.
Vi por primera vez Farenheit 451º llevada al cine por mi admirado Truffaut, con unos fascinantes Oskar Werner y Julie Christie, en Palma de Mallorca, cuando hacía el servicio militar. Era el año 1968, y no habia leido aun la novela de Bradbury.
He pensado en esta historia muchas veces a medida que han ido avanzando los tiempos y no todas pero si algunas de las situaciones que se apuntaban en la la película se han ido cumpliendo. La película, basada en un cuento de Ray Bradbury es de las que ha envejecido muy mal, el camión de bomberos que tanto me impresionó la primera vez, ahora se ve sencillo, y pequeño, aunque en cambio la banda sonora continúa siendo muy adecuada. Pero hay algunas escenas que recuerdo perfectamente: como los enormes televisores de plasma colgados de las paredes de las casas emitiendo en todo momento, que ahora es normal pero en el año 68 no. Los trenes elevados que ahora ya hay. La escena de la señora que tenía todas las paredes forradas con papel y detrás escondidos lo tenía repleto de libros, mientras se quema rodeada de ellos por el fuego que han provocado los bomberos.
La curiosidad y emoción de Montag cuando empieza a leer un cuento de Poe. Y sobre todo la escena final, allí junto al río, en aquel ambiente bucólico donde cada persona aprende de memoria el texto de las grandes novelas de la literatura universal, para preservarlas en caso de la destrucción del fuego de los bomberos excomandados por Montag. Eran los hombres libro, los que pacientemente pretendían conservar la literatura para los tiempos futuros.--
No sé qué novela elegiría para memorizar si tuviera que ser hombre libro ...., ¿y vosotros?