Wilde escribió muchos aforismos, sobre el arte y los artistas y sobre la vida. Estos que he elegido son los que más me han llamado la atención, por su claridad y concreción.

AFORISMOS DE OSCAR WILDE
No hay libros morales ni inmorales. Los libros están bien escritos o mal escritos. Simplemente.

Nada tan peligroso como ser demasiado moderno. Se corre el riesgo de quedar súbitamente anticuado.

Dios inventó el hombre, y el hombre inventó la obra de arte.

La fuerza bruta se puede tolerar, pero la razón bruta de ninguna manera.

El único apóstol que no merecía una prueba fue Santo Tomás, y Santo Tomás fue el único que la tuvo.

La finalidad del arte no es la verdad pura, sino la belleza compleja.

Los libros que el mundo llama inmorales son los libros que muestran al mundo sus propias vergüenzas.

Se puede resistir a todo, menos a la tentación.

La única manera de librarse de una tentación es ceder a ella. Resistid, y vuestra alma enfermará de deseo por aquello que le ha sido vedado.

Una idea que no sea peligrosa es completamente indigna de llamarse idea.

La experiencia no tiene ningún valor ético. Es simplemente el nombre que damos a nuestros errores.

La única ventaja de jugar con fuego es que acabas aprendiendo a no quemarte.

La desobediencia, a los ojos de todo aquel que haya leído la historia, es la virtud original del hombre. Por medio de la desobediencia se ha abierto camino el progreso, de la desobediencia y la rebeldía.

La única diferencia entre el santo y el pecador, es que todo santo tiene un pasado, y todo pecador un futuro.

Que un hombre muera por una causa, no significa que esta causa sea verdadera.

El cinismo es simplemente el arte de ver las cosas como son en lugar de verlas como deberían ser.

Un hombre que predica la moral es por norma general un hipócrita, y una mujer que predica la moral, es invariablemente, fea.

Vivir es la cosa más rara del mundo. La mayoría de la gente no hace más que existir.

Recomendar el ahorro al pobre, es a la vez grotesco e insultante. Es como aconsejar a un hombre que se muere de hambre que coma menos.

Oscar Wilde