Hablaba ayer en mi blog en catalán de la naturaleza, donde dentro de un aparente caos todo acaba en orden, todo tiene un sentido y todo es verdad. El error, el único error, es el hombre. En él nada es verdad, salvo que se equivoca y que es incapaz de encontrar el encaje en esta naturaleza y en sí mismo. Y es esto lo que más desconcierta al hombre no creyente, que esta puesta en escena de la naturaleza es demasiado sofisticada para que sea producto de la casualidad o la causalidad. La cadena que une el todo y se disgrega en mucho debe haber sido hecha por alguien o algunos, y mucho me temo que no acabaremos nunca de saber que hacemos aquí, quien nos ha puesto y con qué finalidad. Y la respuesta es que no hay respuesta ...., de momento.