Ante la jornada electoral griega, nos queda el retrato de la Grecia actual. Miseria, desesperación, desconfianza. El pueblo, hundido, vive sumido en una angustia dramática. En una plaza del centro de Atenas la gente deja flores junto a unos zapatos. Son los zapatos de una señora de 90 años que se suicidó lanzándose desde la azotea, con su hijo de 60. Saltaron al vacío cogidos de la mano. Fue tres semanas atrás. Dejaron una carta dirigida a la clase dirigente que se reúne en Bruselas y Alemania. El último párrafo dice: «rescaten a las personas. Lo están haciendo con los bancos». O sea, que van en el camino equivocado. Supongo que tendrá que suicidarse más gente para que intenten solucionar el problema real de los ciudadanos, o quizás somos los ciudadanos quienes deberíamos 'suicidar' a los mangantes que han provocado la crisis, y a quienes encima, esta maldita Europa les ayuda generosamente para tapen sus vergüenzas.
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